BATALLA DEL ALTO DE LA ALIANZA
Batalla del Alto de la Alianza
Batalla del Alto de la Alianza Batalla de Tacna | |||||||
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Parte de Guerra del Pacífico | |||||||
Batalla del Alto de la Alianza | |||||||
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Beligerantes | |||||||
Ejército del Perú | Ejército de Chile | ||||||
Comandantes | |||||||
Narciso Campero | Manuel Baquedano | ||||||
Fuerzas en combate | |||||||
Bolivia: 4.200 soldados 6 cañones 4 ametralladoras Fusiles Chassepot y Remington.[1]
| Chile: 14.147 disponibles[2] 9.645 en la batalla[3] [4] 37 cañones 4 ametralladoras. Fusiles Comblain y Gras | ||||||
Bajas | |||||||
2.185[5] - 2.800 muertos[6] 2.500 heridos y prisioneros[6] | 1.474[7] a 2.128 muertos[6] [8] 458 heridos.[7] |
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Desembarco en Ilo y Pacocha – Ángeles – Locumba - Alto de la Alianza – Arica |
La Batalla del Alto de la Alianza, o Batalla de Tacna, fue una acción bélica que se desarrolló el 26 de mayo de 1880 en Tacna, en el marco de la Guerra del Pacífico, siendo una de las acciones militares más grandes de la Campaña de Tacna y Arica.[9]
Se enfrentaron los ejércitos aliados del Perú y Bolivia contra Chile. El Ejército de Chile, comandado por el General Manuel Baquedano derrota a su contraparte aliada dirigida por el General boliviano Narciso Campero, luego de casi una horas de combate. Después de la batalla, Bolivia se retira militarmente de la guerra, la cual continuaría entre las fuerzas de Chile y el Perú.
El lugar de la batalla fue la meseta del cerro Intiorko que en quechua significa Alto del Sol. Jorge Basadre explica que antes de la batalla ya se conocía a la ubicación del campamento aliado con el nombre de Alto de la Alianza, debido al Tratado de Alianza Defensiva Perú–Bolivia. También se le conoce como Campo de la Alianza.
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Antecedentes
Después de haber ocupado el Departamento de Tarapacá, en noviembre de 1879, desembarca en Ilo y Pacocha una fuerza chilena comandada por Erasmo Escala Arriagada. Ya en marzo envía el general Baquedano al Coronel Mauricio Muñoz hacia una expedición a Moquegua, al mando de 4.000 hombres, con el ánimo de destruir las fuerzas enemigas en la zona y aislar a los ejércitos aliados. Los sucesos allí ocurridos, serán descritos como la expedición a Moquegua.
El primer choque se llevó a cabo en la cuesta de Los Angeles, la batalla de Los Ángeles ocurrió el 22 de marzo de 1880. La victoria chilena se logra luego que el regimiento Atacama escala la ladera de Guaneros sin ser advertido, que se consideraba un flanco seguro por los defensores, realizando la ofensiva desde atrás de las líneas peruanas.
La situación en Tacna
Los aliados
El presidente Mariano Ignacio Prado frente a los reveses de la Guerra del Pacífico decidió regresar a Lima, dejando en Tacna al contralmirante Lizardo Montero Flores al frente del Primer Ejército del Sur. El gabinete ministerial peruano le autorizó para que viaje al extranjero a comprar buques y armamentos. Prado emprendió dicho viaje el 18 de diciembre de 1879 y al frente del gobierno quedó el vicepresidente Luis La Puerta. El pueblo peruano se enteró de su viaje cuando Prado se encontraba en Guayaquil.
En Lima, Nicolás de Piérola, rival político de Prado, se sublevó el 21 de diciembre, derrotando a las tropas de González de la Cotera fieles al presidente Prado y se proclamó Dictador el 23 de diciembre. Además no moviliza el Segundo Ejército del Sur que estaba acantonado en Arequipa al mando del coronel Segundo Leiva para colaborar con las fuerzas de Montero en Tacna.
En Bolivia, Hilarion Daza fue depuesto como presidente por Eleodoro Camacho, debido a su retirada en Camarones y no apoyar al ejército aliado en Iquique. Daza iba rumbo a Europa. Se elige a Uladislao Silva presidente de la junta de gobierno pero no tuvo apoyo y finalmente se nombra presidente provisional al general Narciso Campero quien nombrado jefe supremo del ejército aliado llega a Tacna.
En tanto Lizardo Montero Flores, comandante del Primer Ejército del Sur, había concentrar al ejército peruano en Tacna y Arica. No tardaron en descomponerse las relaciones peruano-bolivianas, tratando de decidir quien comandaría a los aliados. La presencia del recién elegido Presidente de Bolivia, Narciso Campero conllevó a elegirlo como Director de Guerra de los ejércitos aliados como indicaba el Tratado de la Alianza.
El ejército aliado acampó en la meseta del Intiorko, que por orden general del 16 de mayo, su nombre fue cambiado a Alto de la Alianza. El plan era esperar el ataque del ejército chileno ahí. El 25 de mayo de 1880, Campero entrega el mando de los ejércitos aliados al contraalmirante Lizardo Montero, porque caducaba su período de Presidente provisional de Bolivia, pero los jefes de los ejércitos de Bolivia y Perú, Camacho y Montero respectivamente, lo ratificaron como General en Jefe del ejército aliado.
Los chilenos
Los avances chilenos se realizan desde Ite, donde desembarcan la artillería, pasando por el valle de Locumba y el valle de Sama.
El 26 de marzo de 1880 el coronel Pedro Lagos y luego el general Erasmo Escala renuncian al ejército por diferencias militares con el alto mando chileno. Asume el mando del ejército el general de brigada Manuel Baquedano. El 20 de mayo de 1880, una noticia impacta al pueblo chileno; la muerte del Ministro de Guerra y Marina en campaña, Rafael Sotomayor, en el campamento Las Yaras del valle de Sama.
El 22 de mayo, el Jefe del Estado Mayor del ejército chileno, coronel José Vélasquez, acompañado por casi todos los oficiales del ejército, hacen un reconocimiento de las fuerzas aliadas, llegando a Quebrada Honda. Desde ahí, el sargento mayor Salvo dispara sus 2 cañones para medir al distancia con los tiros, siendo respondido el fuego por la artillería aliada.
Fuerzas en conflicto
Perú | Bolivia | Chile |
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I División (coronel Dávila) Batallones Lima N°11 y Granaderos del Cuzco N°19 | I División (coronel Pinto) Batallones Alianza 1° o Colorados, Loa 3° y Aroma 4° | I División (coronel Amengual) Regimiento Esmeralda; Batallones Valparaíso, Chillán y Navales |
II División (coronel Cáceres) Batallones Zepita N°1 y Cazadores del Misti N°15 | II División (coronel Zapata) Batallones Sucre 2°, Viedma 5° y Padilla 6° | II División (coronel Barceló) Regimientos 2° de Línea, Santiago y Batallón Atacama N°1 |
III División (coronel Súarez) Batallones Pisagua N°9 y Arica N°27 | III División (general Acosta) Batallones Tarija 7°, Chorolque 8° y Grau 9° | III División (coronel Amunátegui) Regimiento Artillería de Marina. Batallones Coquimbo N°3 y Chacabuco |
IV División (coronel Mendoza) Batallones Victoria N°7 y Huáscar N°13 | IV División (coronel Barbosa) Regimiento Lautaro, Batallones Cazadores del Desierto y Zapadores. | |
V División (coronel Herrera ) Batallones Ayacucho N°3 y Arequipa N°17 | Reserva (coronel Muñoz) Regimientos Buin 1°, 3° y 4° de Línea, Batallón Bulnes | |
VI División (coronel Canevaro) Batallones Cazadores del Rímac N°5 y Provisional de Lima N°21 División Peruana de Nacionales (coronel Del Solar) | ||
Caballería (coronel Méndez) Escuadrones Húsares de Junín N°1, Guías N°3 y Flanqueadores de Tacna N°5 | Caballería Escuadrones Coraceros, Escolta, Libres del sur, Murillo y Vanguardia de Cochabamba | Caballería (coronel Vergara) Regimientos Granaderos, Cazadores y Carabineros de Yungay |
Artillería (coronel Panizo) 2 cañones de 12 libras, 6 Blackely de 4 libras y 3 Ametralladoras (2 Gardner y 1 Gatling) | Artillería (coronel Flores) 8 cañones y 4 ametralladoras | Artillería (teniente coronel Novoa) 37 cañones y 4 ametralladoras. |
La infantería chilena usaba el fusil Comblain y Gras repotenciado a bala Comblain, de tal manera que utilizaban el mismo cartucho. Los soldados estaban equipados con 130 cartuchos, menos el regimiento Esmeralda, que para la batalla recibió 100 cartuchos. Los jinetes chilenos usaban las carabinas Winchester y Remington, además de sables. Tenían buenos caballos de gran alzada. La artillería chilena tenía 31 cañones Krupp, 6 cañones franceses de bronce de montaña, 2 ametralladoras Gatling y 2 ametralladoras Nordenfeldt.
La infantería aliada tenía el gran problema de que usaba fusiles de distintos sistemas, lo que complicaba el amunicionamiento, que además habían pocos cartuchos; los soldados no tenían más de 100. Los batallones mejores armados eran el Zepita N°1 y el Pisagua N°9, que usaban fusiles Comblain, y el Batallón Lima N°11 y Granaderos del Cuzco N°19 que usaban el Peabody Martini. El resto usaban fusiles Remington, Chassepot, Chassepot reformado a cartucho metálico y Peruano. La infantería boliviana usaba fusiles Remington y Martini Henry. La caballería aliada usaba sables o lanzas y tenía caballos de poca alzada; el regimiento Murillo no estaba montado. Los jinetes y artilleros peruanos tenían carabinas Remington, Winchester, Evans y Peruano. Los jinetes y artilleros bolivianos tenían carabinas Remington. La artillería peruana usaba cañones 8 Blakely, 2 ametralladoras Gardner y una ametralladora Gatling, mientras la boliviana tenía 2 cañones Blakely, 6 cañones Krupp de montaña de 60 mm y 4 ametralladoras Gatling.
Las fuerzas chilenas, según Estado Diario del Estado Mayor en el día 24 de mayo, estaba compuesto por 80 jefes, 663 oficiales y 13.404 hombres de tropa, una fuerza total de 14.147 hombres,[2] pero los que combatieron fueron poco más de 10 mil, pues casi no paticipó la División de Reserva, algo que también reconoció el peruano Pedro Alejandrino del Solar en carta privada a Piérola. En las Relaciones Nominales del Ejército de Chile, sale que el efectivo es 11.779 hombres.[10] Según los historiadores chilenos Encina y Castedo calculan en 13.000 soldados al ejército chileno, de los que 9.645 participaron en la batalla; también argumentan que Campero fue mal informado de que las tropas chilenas llegaban a 22.000 hombres.[3]
Las fuerzas aliadas varían de acuerdo a los testimonios. Según Campero, eran 9 mil hombres incluso los enfermos.[11] El coronel boliviano Miguel Aguirre en un folleto dijo que los combatientes aliados eran unos 5.100 peruanos y 4.200 bolivianos.[12] El contraalmirante Montero dice que eran 8 mil hombres.[13] Pedro Alejandrino Del Solar, en una carta privada al Presidente Piérola, dice que según el parte del día anterior, eran 5 mil peruanos y no más de 4 mil bolivianos.[14] El corresponsal del diario El Nacional de Lima dice que eran 9.030 soldados y descontando a los enfermos no eran más de 8.500 efectivos.[15] El historiador Jorge Basadre basado en el archivo de Piérola explica que en Tacna combatieron 4.705 peruanos y 4.225 bolivianos, en total 8.930 aliados con 8 piezas de artillería.[5] Historiadores chilenos cifran por su parte al ejército aliado en 12.500 hombres, de los que 5.150 eran bolivianos.[3]
La batalla
Intento de sorpresa en Quebrada Honda
Todo el ejército chileno llega a Quebrada Honda a las 6 pm del 25 de mayo. Una avanzada de arrieros con 60 mulas y barriles de agua es capturada por jinetes peruanos del Húsares de Junín que estaban en vigilancia. En los interrogatorios, los arrieros revelan que el ejército chileno estaba compuesto por 22 mil hombres, lo que hace cambiar de planes al general Campero. Se decidió que todo el ejército aliado atacara al ejército chileno de madrugada en Quebrada Honda, aprovechando la oscuridad.
A la medianoche del 26 de mayo se emprendió la marcha del ejército aliado a Quebrada Honda. En medio de la noche perdieron el rumbo debido a la neblina y la expedición no tuvo éxito, por lo cual se tuvieron que volver a sus líneas, arribando a las 5 am a la posición original. Pero resultó que 3 divisiones peruanas y una boliviana se extraviaron sin saber su ubicación. El coronel Belisario Suárez tomó el mando y ordenó que se esperase al amanecer para emprender la marcha, pero fueron vistos por las avanzadas del batallón Atacama que les hizo disparos mientras se retiraban, llegando estas fuerzas aliadas al Alto de la Alianza a las 7 am. Las fuerzas aliadas no durmieron por la frustrada expedición.
Disposición para la batalla
El ejército aliado desplegó sus posiciones en la meseta del Intiorco en una línea de defensa de 2.500 m con 4 reductos. La disposición de los efectivos, de izquierda a derecha, era la siguiente:
- Ala izquierda, al oeste, al mando del coronel boliviano Eleodoro Camacho. La Artillería de Panizo se distribuyeron en 3 brigadas de artillería y a falta de datos es muy probable que la composición del armamento haya sido de la siguiente manera: La 1ra Batería 3 Blackely de 4 libras y 1 ametralladora, comandada por el Sargento Mayor Manuel Carrera. La 2da. Batería o sección de dos cañones de 12 libras y 1 ametralladora, comandada por el Capitán Ricardo Ugarte y la 3ra. Batería por otros 3 blackely de 4 libras y 1 ametralladora, comandada por el Sargento Mayor José Manuel Ordóñez. Acompañaban el Ala izquierda los batallones peruanos Zepita, Cazadores del Misti, Arica y Pisagua. En la reserva estaban los batallones bolivianos Viedma, Tarija y Sucre, los batallones peruanos Huáscar y Victoria, los escuadrones de caballería bolivianos Coraceros, Escolta, Libres del sur, y Vanguardia de Cochabamba.
- Centro, al mando del coronel boliviano Miguel Castro Pinto, un reducto con 2 ametralladoras y un cañón boliviano, los batallones bolivianos Padilla, Chorolque, Grau y Loa y un reducto con 2 ametralladoras y un cañón boliviano. En la reserva estaban los batallones peruanos Ayacucho y Arequipa.
- Ala derecha, al oeste, al mando del contraalmirante peruano Lizardo Montero, con los batallones peruanos Granaderos del Cusco y Lima, el escuadrón boliviano Murillo y la artillería boliviana Krupp cerrando la línea en un reducto. En la reserva estaban los batallones peruanos Provisional de Lima y Cazadores del Rímac, la División Del Solar, la caballería peruana y los batallones bolivianos Alianza o Colorados y Aroma.
Para atacar las posiciones aliadas el general Baquedano dividió sus hombres en cinco divisiones, tres al frente (dirigidas respectivamente por Amengual, Barceló y Barbosa). Se había acordado que la división comandada por Amunátegui se estableciera a más, menos 3.000 metros de la retaguardia y la reserva (dirigida por Muñoz) a 3.500 m atrás. La Artillería cubriría el avance de las tropas y la caballería estaría atenta a cualquier necesidad en la que pudiera hacer falta. La artillería estaba distribuida de oeste a este de la siguiente manera:
- Batería Flores, 4 Krupp de campaña modelo 1879 de 75 mm y 2 ametralladoras Gatling.
- Batería Villareal, 6 Krupp de campaña de 78,5 mm.
- Batería Errázuriz, 5 Krupp de montaña de 60 mm.
- Batería Sanfuentes, 6 cañones de bronce franceses de montaña de 86,5 mm.
- Batería Jarpa, 6 Krupp de campaña.
- Batería Gómez, 4 Krupp de campaña y 2 ametralladoras Nordenfeldt.
- Batería Fontecilla, 6 Krupp de montaña
Las 2 primeras baterías estaban al mando del mayor Salvo, las 2 siguientes al mando del mayor Fuentes, las 2 siguientes al mando del mayor Frías y la última, acompañaba a la IV División.
Inicio de la batalla
A las 7:30 de la mañana se divisan ambos bandos y empiezan a desarrollar sus líneas.
Las tropas chilenas iniciaron sus actividades hacia las 8 de la mañana, ya a las 9 am se inició el bombardeo de la artillería chilena, lo cual no tuvo el efecto esperado por las condiciones del terreno, pero ocasionó mucho humo que impedía la visibilidad. La artillería aliada respondió el ataque durante una hora con la 2da. Batería al mando de Eduardo Águila y la sección de a 12 al mando de Ricardo Ugarte. A las 10 am se empieza a movilizar las fuerzas chilenas. Panizo ordenó aumentar las distancias entre las Baterías para que entrara en acción la 1ra. Batería y romper los fuegos, lo que se hizo hasta las 11am.
La División chilena del coronel Amengual marchó sobre el final de la la extrema izquierda de línea del ejército aliado, por donde no había defensa. El coronel Amengual dispuso sus fuerzas de la siguiente manera: el Valparaíso en formación de guerrilla, en primera línea el Navales y el primer batallón del Esmeralda (cada regimiento se dividía en dos batallones) y en segunda línea el segundo del Esmeralda, el Chillán y una compañía de pontoneros.
El coronel Eledoro Camacho notó que el ataque principal era para desbordar la izquierda, por lo que envía a esa posición sus reservas: los batallones bolivianos Viedma, Tarija y Sucre y tras estos, los batallones peruanos Huáscar y Victoria, todos formando el llamado "martillo". Camacho también ordenó que toda la artillería del coronel Arnaldo Panizo se colocara en una altura a retaguardia de las fuerzas bolivianas. Al mismo tiempo, Camacho solicitó refuerzos a Campero, que ordenó que los batallones bolivianos Alianza o Colorados y Aroma pasaran de la reserva derecha a la izquierda, al mismo tiempo que los batallones peruanos Ayacucho y Arequipa se pusieron a la izquierda del Zepita.
El contacto fue alrededor de las 11 am, y en ese momento los batallones bolivanos retrocedieron en la izquierda y fueron seguidos por el batallón peruano Victoria, el más numeroso del ejército aliado. El anciano coronel peruano Jacinto Mendoza, jefe de la IV División peruana, fue muerto por una bala enemiga mientras reorganizaba sus fuerzas[17] El batallón peruano Huáscar reforzó la línea que ocupaban los batallones bolivianos, repeliendo el ataque chileno. La caballería peruana se movilizó a la izquierda.
El centro aliado es atacado por la División del coronel Francisco Barceló, cuyas fuerzas estaban en una línea: el regimiento 2° de Línea a la izquierda, el regimiento Santiago al centro y el batallón Atacama a la derecha, precedidas por sus compañías de guerrilla (es la última compañía de cada batallón) y cuando el resto de la tropa estaba a 300 m de la línea de guerrilla, ordenó hacer alto. Se detiene el Atacama y el Santiago, mientras el 2° de Línea continuó su avance en dirección a la línea aliada.[18]
Desarrollo de la batalla
Cuando los batallones bolivanos Colorados y Aroma llegaron al ala izquierda, Campero ordenó que hicieran fuego sobre las fuerzas aliadas que huían, a fin de hacerles dar media vuelta.[11] Pronto se ubicaron en la línea de batalla y resistieron a las fuerzas chilenas de Amengual. En el centro, el coronel Castro Pinto recibió el refuerzo de 2 Krupp bolivianos que fueron colocados sobre la izquierda de su línea y de los batallones peruanos Provisional de Lima y Cazadores del Rímac que eran la reserva del ala derecha.
Las divisiones chilenas llegaron a unos 80 metros de las trincheras aliadas[19] ya sin municiones. Las tropas de Amengual y de Barceló se mezclaron y comenzaron a retroceder. Fue en ese momento, que el coronel Camacho ordena un contraataque de conjunto con las divisiones peruanas de Cáceres y Suárez y toda la infantería de Castro Pinto, que combatían a las fuerzas de Barceló.
Los batallones bolivanos Colorados y Aroma se lanzaron sobre la izquierda. El Colorados llegó a tomar 2 Krupp de calibre mayor, 3 de menor, una ametralladora, varios rifles, 3 banderolas y muchos prisioneros.[20]
El batallón boliviano Padilla tomó muchos prisioneros y a medida que avanzaba, junto con el peruano Arica y los bolivianos Chorolque y Grau, tomaban armas de los caídos chilenos porque sus rifles se inutilizaban.[21]
El comandante del Esmeralda, el teniente coronel chileno Adolfo Holley, pidió que cargase la caballería chilena. El regimiento Granaderos a Caballo atacó sobre la izquierda, pero fue recibido por los batallones bolivianos en formación de "cuadros". Las tropas del Esmeralda se rehizo en las ondulaciones del terreno, pero la confusión hizo que jinetes chilenos sablearan a su propia tropa.[22]
Panizo ordenó a la 1ra. y 2da Batería cargaran su material desfilando por la izquierda para ocupar una lomada ya que el lugar donde estaba le hacía imposible hacer fuego porque las tropas aliadas estaban confundidas con las chilenas.[23]
En el tránsito de la orden la 2da. batería, que ya sufría el embate de nutrido fuego, perdió la mitad de su personal muriendo 6 mulas conductoras cuyas cargas quedaron en el campo. Una vez dominada la altura por la artillería fue imposible hacer fuego porque en esos instantes las tropas peruanas estaban confundidas con las del enemigo. La 1ra. Batería pasó similar situación matando a la mayoría de su personal y animales de carga. La sesión de a 12" no pudo ser movido del lugar por ser muy pesadas y lograron efectuar 6 disparos hasta ser acribillados todo el personal de tropa. Entonces el general Baquedano ordena que la III División, al mando del coronel José Domingo Amunátegui, refuerce a las divisiones chilenas en retroceso. Amunátegui ordena que el regimiento Artillería de Marina vaya sobre la izquierda y los batallones Chacabuco y Coquimbo sobre el centro. Detrás de estos marchaba la División de Reserva del coronel Francisco Muñoz-Bezanilla
Fin de la batalla
Los chilenos, reforzados por nuevas tropas y municiones, emprenden un nuevo ataque.
La IV División del coronel Orozimbo Barbosa, emprende un ataque a la derecha aliada, con el batallón Zapadores a la izquierda, el regimiento Lautaro al centro y el batallón Cazadores del Desierto a la izquierda. Montero moviliza a la línea su única reserva que le quedaba, la División Del Solar. La División peruana de Dávila sale a enfrentarse a las fuerzas chilenas, pero la superioridad numérica y la falta de refuerzos lo hace retroceder. la batería chilena de Fontecilla se desplazó para atacar a los aliados, media batería atacaba a las fuerzas y la otra mitad, a la batería Krupp boliviana. la batería de Fontecilla llegó a estar a 400 m del reducto derecho aliado. El regimiento Lautaro peleó tendido a tierra y por eso tuvo pocas bajas
En la izquierda, el avance chileno es arrollador. Los batallones bolivianos Colorados y Aroma retroceden ante la superioridad numérica y de potencia de fuego de los chilenos. El batallón peruano Huáscar resiste el ataque de la artillería e infantería chilena y muere su jefe, el coronel Belisario Barriga. El regimiento chileno Artillería de Marina llega a las trincheras aliadas y encuentra abandonados 2 cañones de campaña y junto con el Esmeralda y el Chillán, toman 2 cañones y 2 ametralladoras que arrastraban los peruanos.
La artillería de Panizo hicieron grandes esfuerzos por recuperar el material de artillería y al no poder hacerlo con la 1ra., lograron rescatar 3 piezas de la 2da. Batería ( 2 cañones, una ametralladora y el parque correspondiente). Inmediatamente ordenó alrededor de las 3 pm se replegaran con el personal que quedaba de artillería hacia el Alto de Lima.[23]
El coronel Camacho estaba avanzando con las Divisiones peruanas de Cáceres y Suárez, pero pronto muere a su lado el teniente coronel peruano Julio MacLean, jefe del batallón Arica. En ese momento también murieron los coroneles peruanos Carlos Llosa y Sebastián Luna, jefes de los batallones Zepita y Cazadores del Misti respectivamente. El coronel Belisario Suárez, jefe de la III División peruana, es herido en una pierna. El coronel peruano Andrés Avelino Cáceres pierde dos de sus caballos y tuvo que usar el del fallecido coronel Llosa.
Camacho cae herido y este incidente causa el desánimo de las tropas. Como antes había sido herido el general Acosta, que también estaba en el ala izquierda, Camacho es reemplazado por el coronel Ramón Gonzáles.
A las dos y media de la tarde caían los últimos reductos aliados, cuyas unidades comenzaron la retirada. Lo soldados chilenos al ver la cantidad de compañeros muertos hundían sus fusiles hasta el guardamonte en los cuerpos de los soldados aliados aventándolos después por los aires.Varios batallones, como los Colorados de Bolivia y el Zepita del Perú defendieron sus posiciones antes que retroceder.[24] En la retirada del Colorados muere el coronel Agustín López, edecán del general Campero.
Se pronunció una dispersión general en la izquierda aliada y el general Campero toma un estandarte peruano y procura reunir a los dispersos, pero luego le encarga el estandarte y esa misión a su edecán, el coronel Exequiel de la Peña.[11] La caballería aliada intenta reunir a los dispersos. También muere el general Juan José Pérez, Jefe del Estado Mayor del Ejército Aliado. El coronel Gregorio Albarracín con su escuadrón Flanqueadores de Tacna protege la retirada de los batallones bolivianos de la izquierda.
En el centro, el batallón chileno Chacabuco apoya a los restos del 2° de línea y parte del Santiago. El Coquimbo apoya a parte del Santiago y al Atacama y toman 2 cañones y 2 ametralladoras bolivianas. Para ese momento, la izquierda aliada ya había sido arrollada y la infantería y artillería chilena forman un semi-círculo en la izquierda y centro aliados. En el centro les hicieron frente la VI División al mando del coronel César Canevaro y en esas circunstancias muere el coronel Víctor Fajardo, jefe del Cazadores del Rímac.
En la derecha, el Zapadores ataca el reducto aliado que cierra la línea, que es atacado también por la retaguardia por el Atacama y parte del Santiago, tomando todos juntos el reducto con 4 cañones Krupp y una ametralladora.
Campero se dirige a Palca con los restos del ejército aliado. Montero en segundo término lo sigue reuniendo a los dispersos. Cáceres reúne a los últimos dispersos alrededor de la bandera peruana y se dirige a Palca.
El escuadrón Carabineros de Yungay N°1, al mando del teniente coronel Bulnes, inicia la persecución a los aliados y toma 180 prisioneros.
Las tropas de la IV División, luego de tomar el campamento aliado en la derecha continúan hasta las lomas del valle junto con el regimiento 4° de línea de la División de Reserva.[25]
La ocupación de Tacna
A las tres de la tarde llegan las primeras noticias de la derrota en Tacna. Los pobladores, en su mayoría ancianos, mujeres y niños, se asilan en los consulados y residencias de extranjeros que izaban sus banderas. Otros abandonan la ciudad con destino al altiplano.
Algunos dispersos aliados llegan a la ciudad de Tacna, donde se esconden y disparan a soldados chilenos que los perseguían, pero finalmente enrumban a Pachía. Ante esto, la ciudad empieza a ser bombardeada desde las alturas del Intiorko. El alcalde Guillermo Mac Lean se dirige al Campo de la Alianza para conferenciar con Baquedano e informarle que en la ciudad no existen tropas, cesando el bombardeo. El alcalde es retenido y sirve de garantía para que las tropas chilenas no enfrenten una emboscada.
Cuando el coronel Amengual llega a las alturas, ordena que 2 cañones de la batería Villareal hiciera 10 tiros de granada sobre suburbios de la población. Luego, descendió al valle con 60 jinetes al mando del teniente coronel Bulnes. Se envió al sargento mayor Zelaya para que intime la rendición del pueblo, pero regresó porque le hicieron fuego en la estación del ferrocarril. El Artillería de Marina encuentra el estandarte del escuadrón Húsares de Junín cuando baja al valle.
A las seis de la tarde, Amengual y Lagos ingresan a Tacna por la calle Estación del Ferrocarril (hoy Coronel Albarracín). El primer escuadrón que ingresa a Tacna fue el Carabineros de Yungay N°1 al mando del coronel Santiago Amengual, jefe de la primera división.
Con ello se inicia la ocupación de Tacna, donde algunos soldados del ejército de Chile cometieron saqueos y asesinatos en la población de Tacna, incluidos peruanos y extranjeros. Las ambulancias que atendían a los heridos aliados fueron desarmadas y los enfermos asesinados por algunos soldados.
A las doce de la noche el cónsul de Francia envía un mensaje advirtiendo del hecho al jefe de la plaza coronel Martínez, quien envía al ayudante Larraín a comprobar estos hechos.
Consecuencias
En Chile
El ejército chileno tuvo 2.028 bajas según la razón de bajas del ejército chileno,[26] pero de 24 jefes y oficiales y 450 hombres de tropa muertos, y 192 jefes y oficiales y 1.369 hombres de tropa heridos, un total de 474 muertos y 1.458 heridos según el historiador militar Francisco Machuca.[2] La División de Reserva casi no participó y sólo tuvo 17 bajas.
El Teatro Municipal de Tacna es ocupado como hospital chileno. En la batalla se dispararon más 1.700 tiros de cañón.
En el campo de batalla, el ejército chileno tomó 4 cañones Krupp de montaña de 60 mm, 4 Blakely de montaña de a 4 pdr, 2 Blakely de campaña de a 12 pdr, 5 ametralladoras Gatling, una ametralladora Gardner, 34 lanzas de caballería, de 4 a 5 mil rifles de diversos sistemas y calibres, y otros pertrechos más.
En la batalla murieron el Teniente Coronel Ricardo Santa Cruz, comandante del Regimiento de Zapadores, Carlos Severin, Subteniente del Regimiento Santiago, el teniente Moisés Arce y el Capitán Rafael Torreblanca, del Regimiento Atacama (que perdió el 47% de sus hombres), entre otros muchos chilenos.
En Bolivia
Las bajas de las fuerzas aliadas han sido calculadas en su conjunto. Los chilenos estiman en 2.500 hombres de tropa y 150 jefes y oficiales los muertos y heridos en el campo de batalla. El jefe de las ambulancias bolivianas, doctor Dalence dijo que el número de muertos alcanzaría a 1.500 más o menos, habiendo sido repasados 65 a 70 de ellos. Los jefes muertos fueron 23. Jorge Basadre[5] indica que los oficiales muertos fueron 185 y las bajas de tropa como 2.000 entre peruanos y bolivianos casi en partes iguales.
Entre los prisioneros estaban el general Claudio Acosta, los coroneles Eleodoro Camacho, Ildefonso Murgía, Exequiel de la Peña, Adolfo Flores, Andrés Ríos, Ángel Sarco, José Avila, Nicanor Bacca y Corsino Balsa.
En Bolivia se recuerda como héroe al joven Juancito Pinto,[27] tambor del Regimiento Colorados, comandado por el Coronel Ildefonso Murguía Anze.[28]
Las fuerzas bolivianas, al mando de Campero, deciden en Pachía retirarse hacia La Paz, donde llegan el 10 de junio.
En el Perú
El ejército peruano tuvo 147 jefes y oficiales entre muertos y heridos.
El contralmirante Lizardo Montero pudo reunir parte de los dispersos peruanos en Torata, retirándose con ellos hacia Puno, donde llegaron 2 mil soldados y se reúnen a las nuevas tropas formadas en Cusco y Puno con destino a Arequipa.
Montero y Del Solar llegan finalmente a Lima. A Montero, rival político del dictador Piérola, le esperan juicios en Lima. Del Solar, que había sido prefecto de Tacna, en cambio es nombrado prefecto de Arequipa.
La guarnición de Arica, al mando del Coronel Francisco Bolognesi, recibe las noticias del resultado de la batalla en Tacna y se prepara para la defensa de Arica.
En los extranjeros
El 30 de mayo de 1880 los cónsules de los imperios austrohúngaro, alemán y del Brasil; además de los reinos de Italia y Bélgica, juntamente con la República Argentina, protestan ante Baquedano, jefe de ocupación de Chile, por los actos de violencia que soldados dispersos de su ejército cometen contra los civiles peruanos y los ciudadanos neutrales a la guerra.
El Reino de Italia interviene y pide al gobierno de Chile investigue los excesos sufridos por ciudadanos italianos en Tacna; los cuales no fueron reconocidos por el gobierno de Chile. El saqueo lo sufrieron tanto peruanos como extranjeros. [30]
Notas
- ↑ La mayoría de las cifras son disimiles entre sí
- ↑ a b c Machuca, Francisco. Las Cuatro campañas de La Guerra del Pacífico, Tomo II, Campaña de Tacna, cap XXI
- ↑ a b c Historia de Chile VIII. La Guerra del Pacífico. de Encina & Castedo. Pág. 38.
- ↑ La reserva chilena casi no participo en la batalla y tuvo tan solo 17 bajas.
- ↑ a b c Jorge Basadre. La ultima campaña del ejercito profesional. Tacna
"Total de pérdidas de jefes y oficiales: ciento ochenta y cinco. Las bajas en la tropa guardaron relación con esta cifra. Llegaría a unos dos mil muertos entre peruanos y bolivianos casi por iguales partes." La ultima campaña del ejercito profesional (Tacna) Pag 8. Jorge Basadre - ↑ a b c Biblioteca Tercer Milenio - Batalla de Tacna.
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- ↑ documentos inserto en "La Guerra de América entre Chile, Perú y Bolivia" Vol. II pág. 261 Autor: Tomás Caivano
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Bibliografía
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- Vicuña Mackenna, Benjamín (1881). Historia de la Campaña de Tacna y Arica. Santiago de Chile: Rafael Jover.
Véase también
- Anecdotario de la Guerra del Pacífico
- Campaña de Tacna y Arica
- Campaña terrestre de la Guerra del Pacífico
Enlaces externos
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