EL FIN DE LOS TIEMPOS Jim Nelson
EL FIN DE LOS TIEMPOS
Jim Nelson
Pregunta: "¿Cuándo ocurrirá el Arrebatamiento en relación con la Tribulación?"
Respuesta: El momento del Arrebatamiento en relación con la Tribulación es uno de los puntos más controversiales de la iglesia actual. Las tres opiniones principales son Pre-tribulacional (el Arrebatamiento ocurre antes de la Tribulación), Medi-tribulacional (el Arrebatamiento ocurre en el punto medio de la Tribulación), y Post-tribulacional (el Arrebatamiento ocurre al final de la Tribulación). La 4ª. Opinión, comúnmente conocida como la Pre-ira, es una pequeña variación de la posición Medi-tribulacional.
Primero, es importante reconocer el propósito de la Tribulación. De acuerdo con Daniel 9:27, hay un septenio “semana” (7 años) que aún está por venir. La profecía completa de Daniel de las setenta semanas (Daniel 9:20-27) habla de la nación de Israel. Es un período de tiempo en el cual Dios enfoca Su atención especial sobre Israel. La semana setenta, la Tribulación, debe también ser un tiempo cuando Dios trata específicamente con Israel. Mientras esto no necesariamente indica que la iglesia no pueda estar también presente, nos lleva a la pregunta del por qué la iglesia necesitaría estar en la tierra durante ese tiempo.
El pasaje principal de la Escritura sobre el Arrebatamiento está en 1 Tesalonicenses 4:13-18. Dice que todos los creyentes vivos, junto con todos los creyentes que han muerto, se encontrarán con el Señor Jesús en el aire y estarán con Él para siempre. El Arrebatamiento es, Dios llevándose a Su pueblo de la tierra. Unos pocos versos adelante en 1 Tesalonicenses 5:9, Pablo dice, “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.” El libro de Apocalipsis, el cual trata principalmente con el período de tiempo de la Tribulación, es un mensaje profético de cómo Dios derramará Su ira sobre la tierra durante la Tribulación. Parecería inconsistente la promesa de Dios a los creyentes de que ellos no sufrirán la ira y después dejarlos en la tierra durante la Tribulación. El hecho de que Dios promete librar a los cristianos de la ira, poco después de prometer llevarse a Su pueblo de la tierra, parece enlazar juntos a estos dos eventos.
Otro pasaje crucial en el tiempo del Arrebatamiento es Apocalipsis 3:10. Ahí, Cristo promete librar a los creyentes de la “hora de la prueba” que ha de venir sobre el mundo entero. Esto puede significar dos cosas: (1) Cristo protegerá a los creyentes en medio de los juicios, o (2) Cristo librará a los creyentes de los juicios. Ambos significados de la palabra griega traducida como “de” son válidos. Sin embargo, es importante reconocer que la promesa a los creyentes es guardarlos “de” el tiempo mismo en que se ejecutan los juicios, llamado la Tribulación. El propósito de la Tribulación, el propósito del Arrebatamiento, el significado de 1 Tesalonicenses 5:9, y la interpretación de Apocalipsis 3:10, todo da un claro soporte a la posición del Arrebatamiento Pre-tribulacional, interpretación que es la más bíblicamente consistente.
Pregunta: "¿Qué es la Segunda Venida de Jesucristo?"
Respuesta: La Segunda Venida de Jesucristo es la esperanza de los creyentes de que Dios está en control de todas las cosas, y que es fiel a las promesas y profecías de Su Palabra. En Su primera venida, Jesucristo vino a la tierra como un bebé nacido en un pesebre de Belén, tal como fue profetizado. Jesús cumplió muchas de las profecías del Mesías durante Su nacimiento, vida, ministerio, muerte, y resurrección. Sin embargo, hay algunas profecías respecto al Mesías, que Jesús aún no ha cumplido. La Segunda Venida de Jesucristo será el retorno de Cristo para cumplir las profecías restantes. En Su primera venida, Jesús fue el siervo sufriente. En Su Segunda Venida, Jesús será el Rey conquistador. En su primera venida, Jesús llegó bajo las más humildes circunstancias. En Su Segunda Venida, Jesús vendrá con los ejércitos celestiales a Su lado.
Los profetas del Antiguo Testamento no hicieron esta distinción entre los dos advenimientos. Esto puede verse en Escrituras tales como Isaías 7:14; 9:6-7; y Zacarías 14:4. Como resultado de las profecías que parecen hablar de dos individuos, muchos estudiosos judíos creyeron que habrían ambas, un Mesías sufriente y un Mesías conquistador. Fallaron en entender que el mismo Mesías cumpliría los dos papeles. Jesús cumplió el papel del siervo sufriente (Isaías capítulo 53) en Su primera venida. Jesús cumplirá el papel del Rey y libertador de Israel en Su Segunda Venida. Zacarías 12:10 y Apocalipsis 1:7 describen la Segunda Venida, mirando hacia atrás a Jesús siendo traspasado. Israel, y el mundo entero, lamentarán por no haber aceptado al Mesías la primera vez que Él vino.
Después de que Jesús ascendió al cielo, los ángeles declararon a los apóstoles, “Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos 1:11). Zacarías 14:4 identifica el lugar de la Segunda Venida como el Monte de los Olivos. Mateo 24:30 declara, “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.” Tito 2:13 describe la Segunda Venida como una “manifestación gloriosa.”
La Segunda Venida es relatada con grandes detalles en Apocalipsis 19:11-16, “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en Su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino Él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y Su nombre es; EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De Su boca sale una espada aguda para herir con ella a las naciones, y Él las regirá con vara de hierro; y Él pisa el lagar del vino del furor de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en Su muslo tiene escrito este nombre; REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.”
Pregunta: "¿Cómo debemos vivir nuestras vidas a la luz del regreso de Cristo?"
Respuesta: Creemos que el regreso de Cristo es inminente, esto es, Su regreso puede ocurrir en cualquier momento. Nosotros, con el apóstol Pablo, buscamos “la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.” (Tito 2:13). Sabiendo que el Señor puede regresar hoy, algunos son tentados a dejar lo que estén haciendo y sólo “esperarlo.”
Sin embargo, hay una gran diferencia entre saber que Jesús podría regresar hoy y saber que Él regresará hoy. Jesús dijo, “Nadie sabe el día ni la hora” (Mateo 24:36). El tiempo de su venida es algo que Dios no ha revelado a nadie, y así, hasta que Él nos llame a Sí mismo, debemos continuar sirviéndole. En la parábola de Jesús de los diez talentos, el rey que estaba por ausentarse, instruye a sus siervos: “Negociad, entre tanto que vengo” (Lucas 19:13).
El regreso de Cristo, siempre es representado en la Escritura como una gran motivación para actuar, no una razón para dejar de hacerlo. En 1 Corintios 15, Pablo resume su enseñanza sobre el arrebatamiento diciendo, “Así que… estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” (Verso 58). En 1 Tesalonicenses 5, Pablo concluye una lección sobre la venida de Cristo con estas palabras; “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.” (Verso 6). El refugiarnos y “cuidar el fuerte” nunca fue la intención de Jesús para nosotros. En vez de eso, trabajemos mientras podamos. “…la noche viene, cuando nadie puede trabajar” (Juan 9:4).
Los apóstoles vivieron y sirvieron con la idea de que Jesús podría regresar durante el término de sus vidas; ¿qué hubiera sucedido si hubieran dejado de trabajar y sólo hubieran “esperado”? Hubieran violado la disposición de la Gran Comisión, y el evangelio nunca habría sido esparcido. Los apóstoles entendieron que el regreso inminente de Jesús significaba que ellos debían ocuparse de la obra de Dios. Ellos vivieron la vida al máximo, como si cada día fuera su último. Nosotros, como ellos, debemos ver cada día como un regalo y usarlo para glorificar a Dios.
1 Juan 3:2-3, “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como Él es puro.”
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