EL JUEGO DE OBAMA: MANIPULAR LA GUERRA DE CULTURAS A COSTA DEL PAPA No necesitamos responder a cada aparente provocación, sobre todo cuando se ha creado específicamente con ese propósito
EL JUEGO DE OBAMA: MANIPULAR LA GUERRA DE CULTURAS A COSTA DEL PAPA
No necesitamos responder a cada aparente “provocación”, sobre todo cuando se ha creado específicamente con ese propósito
“¿Es que Obama no conoce un católico normal?”
Esta pregunta se repite con regularidad, expresada como un mantra, en las redes sociales y, si uno “muerde el anzuelo” y le da el click al enlace que se ofrece, puede leer un artículo de Thomas D. Williams que forma parte de una interesante colección sobre los católicos rebeldes que serán presentados personalmente a Papa Francisco, por medio del Presidente Americano: “En una sorprendente manifestación de falta de decoro político”, escribe Williams, “Obama ha invitado a una serie de individuos que públicamente rechazan la enseñanza católica, incluyendo a una religiosa pro-abortista, una mujer transexual y el primer obispo episcopaliano que se ha declarado gay abiertamente, además de, al menos, dos activistas gays católicos”.
Bien, ciertamente esta es una fiel representación de lo que te puedes encontrar en la mesa de un bar de moda americano.
Una advertencia: incluso si la Hermana Simone Campbell es verdaderamente “pro-abortista” o simplemente demasiado orgullosa como para tolerar que la vinculen a las sensibilidades pro-vida, vale la pena preguntar cómo están representadas en nuestras políticas, más que nada porque la misma Campbell ha planteado la pregunta desde hace tiempo.
Una cuestión más amplia es esta: ¿alguien esperaba realmente algo distinto del presidente Obama, que parece disfrutar presentándose a sí mismo como la excepción a toda regla?
¿Por qué nadie espera que Obama presente a Papa Francisco a católicos y cristianos políticamente “más convencionales”, cuando los hay poco convencionales tan cerca?
Los no convencionales, después de todo, crean noticias más llamativas: Obama, el rebelde espiritual, desafiando al Vicario de Cristo a que despierte y ame a los más difíciles, a los sospechosos, a los marginados. Solo que Papa Francisco ya lo hace muy bien, y no necesita la “ayuda” de un showman político para ello.
Mientras algunos tachan a Obama de atrevido, otros, lo prefieren llamar cobarde, preguntándose por qué Obama nunca le dice al Papa que tiene problemas con el catolicismo. Que tiene problemas se evidencia de su innecesario enfrentamiento con las instituciones católicas sobre la ley de la HHS (Health and Human Services), y la negativa de su administración a cooperar con la iniciativa de la USCCB (Conferencia Episcopal de los EEUU) para ayudar a las víctimas de la trata humana, a menos que esta iniciativa incluya ofrecer anticonceptivos, esterilización o el aborto a dichas mujeres.
Pero el presidente no admitirá que tiene “problemas”. Al menos no se lo dirá al Papa. En su lugar deja que sus acciones hablen por él. Etiquetar a sus invitados como “pecadores” no es el tema. Pecadores somos todos. Invitar a los que se rebelan contra la doctrina de la Iglesia, es el propósito de esta intencionada, planificada y deliberada acción.
Estas acciones teatrales son solo un juego. Obama maliciosamente provoca la controversia, y el mundo se pregunta si el Papa sabrá vadear la situación.
Francisco no la evitará, saludará a todo el que le presenten con perfecta educación y calidez, porque el Papa es el más indicado para ver, en la persona que tiene delante, a la criatura amada por Dios que necesita tanto de respeto como de misericordia.
Pero el juego no consiste en desafiar al Papa, lo que pretende es mantener viva la cultura del enfrentamiento y de las divisiones políticas; se trata de manipular a la derecha enfadada porque el Papa no se plante delante de los invitados gritando: “¡Arrepentíos!”; se trata de provocar que la izquierda enfadada deje de llorar, “Vergüenza, ¡mirad como los odiosos cristianos se empujan unos a otros!” mientras la prensa se revolucione entonando que Francisco: “es uno de nosotros, uno de nosotros”.
Este artículo de opinión no trata sobre las personas que Obama presentará al Papa. Francisco quiere encontrarse con todos, como siempre, y él sabe cómo hacerlo, una y otra vez. El artículo trata sobre el movimiento cínico de Obama para explotar a Pedro y agitar de nuevo la guerra de culturas.
Esta manipulación es un juego predecible (y realmente cansino). Es sorprendente como algunas personas todavía se divierten con esta situación o se ríen de ella, lo que, en verdad, es la mejor respuesta a estos directores de escena y decepcionantes ilusionistas.
No piques de nuevo en el anzuelo: cuando Papa Francisco se comporte con los invitados de Obama con la misma calidez e interés que Cristo, recuerda que esta actitud es siempre la primera acción necesaria de todo buen misionero, y que, cuando el Papa eleve una oración por todos los presentes, quizás la luz de Cristo llegue a todos y su paz prevalezca.
Papa Francisco: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”
http://es.aleteia.org/2015/09/20/papa-francisco-quien-no-vive-para-servir-no-sirve-para-vivir/
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