POEMA Y LEYENDA DE FREDY GAMBETTA PARA SER INTERPRETADOS EN ESTAS FIESTAS DE TACNA
TACNA
FREDY GAMBETTA
Mucho antes que el sol de los Inkas
en las entrañas del Arunta naciera;
mucho antes que el Chupiquiña y el Takora
dieran los primeros alaridos;
una lluvia de estrellas
de lo alto del cielo descolgóse
y entre un bosque de vírgenes vilcas
bordó en lo profundo un nombre: Tacna.
Después, con los siglos, cuando todo fuera creado,
de tu corazón nació un pequeño niño,
juguetón, cristalino, tierno y tímido.
Caplina lo llamaste y es tan bueno
que alegra tus mañanas, pinta de colores la campiña,
juguetea en medio de los huertos y las chacras
y por no querer abandonarte, en su nobleza,
se duerme para siempre en tu regazo
sin llegar a las fauces voraces del océano.
Y así, entre lo que fueron dejando
los dioses en tu seno,
nosotros tus hijos de hogaño
fuimos descubriendo los callejones,
laberintos de ensueño,
morada de la buganvilla,
fragantes como una florería,
multicolores como los vestidos
de las muchachas morenas de esta tierra.
En ellos los tacneños,
conocimos tu esencia maternal,
soñamos abrazados al canto de pichunchos y gorriones,
aprendimos a decir el primer nombre del amor.
Luego los hombres fueron agregando belleza,
a la belleza que heredaban.
Nacieron tus angostas y traviesas calles.
Alto Lima despierta con la aurora,
con la dulce lechera cotidiana;
San Martin se lava la cara todo el día
para lucir coqueta a los viajeros;
Bolívar y Zela son muchachas humildes
que aguardan detrás de las mamparas;
la calle Callao tiene los pies ligeros,
siempre dispuesta a recorrer el mundo;
Dos de Mayo es una bella joven engalanada
que serena conversa con el Tigre y Nacarino,
inquietas muchachitas de rostro dominguero.
Entre todas tus calles, la reina de las reinas,
Señorial, espigada, adornada de geranios y palmeras,
la Alameda Bolognesi arrulla noche y día
al celeste Caplina que se enreda en su vestido.
Tacna, mi bella enamorada,
es tan grande nuestro amor indefinible
que te pido me dejes celebrarte en los frutos
que llegan a mi mesa: las uvas moscateles del verano;
los membrillos de Pachía; los damascos, las ciruelas,
que traen en su pulpa las campanas de Calana;
el vino puntual de Pocollay,
presto siempre a repartirse en comunión.
TACNA! Digo tu nombre en las marraquetas,
en las mañanas ancianas de camanchaca,
en los batidos, mestizas y melcochas .
TACNA! Tu nombre lo dibuja la bandera en procesión,
el recuerdo de las madres y los hijos oprimidos,
el canto de victoria de tus hijos liberados.
TACNA! Joven muchacha fiel hasta la muerte,
a ella la venciste en incontables circunstancias,
nunca dormiste a su lado en cincuenta años.
TACNA! La Patria, madre de las madres,
te abraza agradecida
y corona tu frente con vilcas y laurel.
TACNA! : la lluvia de estrellas que te diera
al principio de los tiempos el soplo de la vida
multiplica ahora con luceros, con auroras boreales,
con estrellas fugaces y largas colas de cometas,
las cincos letras de tu nombre inmortal: ¡TACNA!
(*) Este poema es la ofrenda que dedico a mi ciudad natal. La tierra en la que espero descansar algún día abrigado por el Arunta y el Intiorko y arrullado por el rumor del Caplina. (Fredy Gambetta)
CASTIGO A LA SOBERBIA
FREDY GAMBETTA
(Leyenda para ser leída o contada a los niños de Tacna,
a los niños peruanos, a los niños.)
Hace muchos, pero muchos miles de años, en lo que ahora es el departamento de Tacna, al sur del Perú, se levantaban dos hermosos nevados. El Padre Sol los había creado para que vivan en las enormes montañas. Al más alto le llamó Chupiquiña y al más pequeño, Takora.
Ambos eran hermosos y se sabían fuertes y admirados. Chupiquiña era el más bello. Su estatura sobrepasaba en más de dos cabezas al Takora. El Takora nunca envidió esa belleza; compensaba su falta de estatura con una inclinación por los colores que distinguía en el horizonte: el azul del mar y del cielo y el verde de los campos.
Pasaron miles y miles de años. A medida que pasaba el tiempo Chupiquiña se tornaba déspota. Su belleza lo iba perdiendo, su fuerza la empleaba en hacer creer los ríos hasta que éstos se desbordaban. En las tardes se alimentaba de truenos y descargas. Su vestido era una cortina de lluvia y encima de la bella cabeza el arco iris alumbraba. Cuando esto sucedía, Chupiquiña hería con terribles ironías a su compañero Takora. Este durante años, miles de años, soportó pacientemente las ofensas.
Muchas noches los hombres, que por esos días fueron creados, escucharon la música que bajaba de las estrellas o se descolgaba de la luna. Era el pequeño Takora que silbaba con el viento una canción de tristeza y desvarío.
Mas, durante siglos, Takora fue alimentado por la fuerza del Padre Sol quien decepcionado por la conducta de Chupiquiña varios días del año no aparecía.
Una mañana, en la hora que a todo soberbio inevitablemente llega, el Takora se armó de un garrote del tamaño de su furia y fue en busca de Chupiquiña que se contemplaba en la laguna de Arikota, gran espejo que siempre le predecía buenas nuevas. Chupiquiña en un primer momento, con la confianza que da el sentirse suficiente, pretendió ignorar al Takora que se acercaba dando voces y con ademanes que expresaban su furia.
En aquel instante el Padre Sol se ocultó entre unas grandes nubes.
No hubo tiempo para las explicaciones. A veces el callar demasiado, el soportar años de humillaciones y desdichas hace que toda explicación sea vana, que el parlamentar sea inútil.
Con la fuerza que da el ardiente deseo de recuperar la dignidad perdida, el Takora levantó con ambas manos –hasta tocar el cielo- el inmenso garrote y lo descargó sobre el cuello de Chupiquiña. En aquel momento se hizo la noche y aparecieron las estrellas.
La bella cabeza del Chupiquiña voló por el aire y envuelta en fuego rodó por el abismo. Era el castigo a la soberbia, el pago al narcisismo.
Al caer la tarde Takora aun contemplaba el fondo del barranco donde la bella cabeza era acariciada por la brisa suave del mar y no cesaba de arder.
El Takora se entretuvo con el vuelo de los cóndores y las tristes carreras de los huanacos. Era como si hubiera crecido en la soledad.
El Padre Sol nacía en las montañas y se dormía en el mar. La Luna cambiaba de rostro muchas veces. Y así por años de años, siglos de siglos. Los hombres se multiplicaron, se multiplicaban animales y plantas.
Sobre la cabeza de Chupiquiña se levantó un pueblo al que los primeros habitantes llamaron Takana. Los takanas eran medianos de estatura, fuertes, impávidos ante el dolor y el sufrimiento. No eran guerreros. En las noches hacían el amor y entonaban canciones. Era en ellos preocupación constante contemplar la madre cordillera y orar por la soledad del Takora y el cuerpo inerte del Chupiquiña decapitado, víctima de su soberbia.
Una mañana, de un año bisiesto, reunidos todos en la plaza dedicada al dios de la lealtad infinita acordaron que en adelante, y para siempre sus casas, y todo edificio que se construyese, tendrían la forma de trapecio, de pirámide trunca, en homenaje y recuerdo al Chupiquiña sobre cuya cabeza, por azar, habían fundado su pueblo.
Desde aquel tiempo todo viajero que llegue a Tacna, ciudad situada al sur del Perú, podrá observar las casas con techos que llaman de mojinete. Y si dirigen la vista a la cordillera de los Andes, en días de radiante sol, cuando el cielo parece que cantara, podrán contemplar al solitario y pequeño Takora y a su diestra el cuerpo decapitado del Chupiquiña llorando lágrimas de nieve.
BREVE HOJA DE VIDA DE FREDY GAMBETTA
FREDY GAMBETTA es poeta, periodista cultural, investigador de la historia tacneña, conocido como el CRONISTA DE TACNA. Se inició escribiendo columnas culturales en el diario LA VOZ DE TACNA, en 1967. Ganador de los Juegos Florales en Cuento, en la Universidad Nacional San Agustín. Escribe, desde 1973, la columna dominical RUMOR DEL CAPLINA, en el diario CORREO. Su trabajo, como Periodista Profesional, lo desempeñó en varias instituciones como Asesor de Imagen Corporativa en ELECTROSUR S.A., EGESUR, MINEROPERU S.A., UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA, ZOFRATACNA y SOUTHERN PERU.
Ha sido Asesor del Despacho Ministerial y DIRECTOR GENERAL DE COMUNICACIONES del MINISTERIO DE EDUCACIÓN. Fue designado Director del ARCHIVO REGIONAL DE TACNA; primer Jefe del Proyecto Cultural del Gobierno Regional de Tacna, DIRECTOR DE LA CASA BASADRE y Sub Gerente de Educación y Cultura, con sede en CASA ZELA, de la Municipalidad Provincial de Tacna.
La REPÚBLICA DE BOLIVIA le ha otorgado la ORDEN DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR, en el Grado de COMENDADOR y la ASOCIACIÓN DE CLUBES DEPARTAMENTALES DEL PERÚ lo distinguió con la PALMA DE ORO AL CIUDADANO ILUSTRE (2013).
Ha recibido distinciones de los gobiernos municipales de Arequipa, Moquegua y Puno. Ostenta la MEDALLA DE LA CULTURA, de la Filial Tacna del INC; la MEDALLA DE LA CULTURA “FRANCISCO DE PAULA GONZALES VIGIL” ;el PREMIO FOMENTO A LA CULTURA, de la Municipalidad Provincial de Tacna; la MEDALLA DE HONOR AL MÉRITO de la Universidad Privada de Tacna; es SOCIO HONORARIO del Club Unión de Tacna y de la Filial de la Asociación Nacional Pro Marina.
Ha dictado conferencias en universidades de Perú, Bolivia, Cuba y Chile. Sus poemas se han publicado en revistas de España, Estados Unidos, Puerto Rico, Colombia, Ecuador, Venezuela, Argentina, Bolivia, Brasil. Es corresponsal del periódico que la comunidad Ligure edita en Genova, Italia. Varios de sus poemas y crónicas han sido traducidos al italiano, inglés, portugués y japonés.
Ha publicado 19 libros. ( Poesìa, crònicas, una novela histórica, dos ensayos biogràficos y otro de episodios de la Guerra con Chile).
Su ciudad natal lo honró designándolo para recibir, en su nombre, los restos mortales del poeta Federico Barreto, Cantor del Cautiverio y del ilustre Historiador de la República Jorge Basadre. Es destacado promotor cultural y escritor de documentales.
www.peruan-ita.org/personaggi/gambetta/top-gambetta.htm
siempretacna.blogspot.com/2009/07/fredy-gambetta-uria.html
www.munitacna.gob.pe/archivos/noticias/POEMASDEFREDDYGAMBETTA.pdf
Fredy Gambetta Urìa | Facebook
https://www.facebook.com/fredy.uria
0 comentarios