En España hubo transición política, pero no religiosa
Las Palmas de Gran Canaria
‘En España hubo transición política, pero no religiosa’
“Como el afroamericano en tiempos de M.L. King, el cristiano evangélico viaja en España al final del autobús social, sin acceso en igualdad a los medios, ni a una misma dignidad”, dijo Pedro Tarquis en el aula Martín Lutero.
27 DE MAYO DE 2013, LAS PALMAS
“El espejo de los medios de comunicación refleja una deuda de la democracia con el pluralismo religioso en general y los protestantes en especial”, expuso Pedro Tarquis en el aula Martín Lutero de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria este pasado 17 de mayo; con presencia del director del Aula, Enrique Solana, y la Secretaria de la misma Carmen Delia Medina, ambos catedráticos en la Universidad de LPGC.
El título completo de la conferencia era: "En España hubo transición política, ¿y la religiosa? (el espejo de los medios de comunicación)".
El director de Protestante Digital y responsable de Comunicación de la Alianza Evangélica Española alabó que se produjo en España una ejemplar evolución del nacional catolicismo al pluralismo político, dejando atrás el régimen dictatorial del general Franco, y pasando a regirse por una constitución que consagraba un Estado democrático de Derecho.
“Pero la democracia es sólo la base, una buena base, pero por sí misma insuficiente. Así lo refleja la discriminación y el uso de la mujer como objeto en la publicidad y en la terrible realidad de la violencia doméstica”, dijo Tarquis, con imágenes que ilustraban esta afirmación.
El título completo de la conferencia era: "En España hubo transición política, ¿y la religiosa? (el espejo de los medios de comunicación)".
El director de Protestante Digital y responsable de Comunicación de la Alianza Evangélica Española alabó que se produjo en España una ejemplar evolución del nacional catolicismo al pluralismo político, dejando atrás el régimen dictatorial del general Franco, y pasando a regirse por una constitución que consagraba un Estado democrático de Derecho.
“Pero la democracia es sólo la base, una buena base, pero por sí misma insuficiente. Así lo refleja la discriminación y el uso de la mujer como objeto en la publicidad y en la terrible realidad de la violencia doméstica”, dijo Tarquis, con imágenes que ilustraban esta afirmación.
De la misma forma, y “con mucha menor ayuda en todos los terrenos, las confesiones no católicas se ven a través de los medios de comunicación con una mirada que sigue con prejuicios, tópicos y exclusiones que serían impensables con otros colectivos”.
Mencionó Tarquis varios ejemplos muy repetidos en el mal uso del lenguaje, como decir “misa evangélica”, que equivale a hablar de una “mezquita católica”. O las “iglesias evangelistas”, “cuando los evangelistas fueron cuatro (Marcos Mateo, Lucas y Juan), pero los evangélicos somos tantos como los católicos a nivel global”.
En cuanto a las causas, Tarquis entiende que “en la mayoría de los casos es una simple tradición, comodidad y la inercia cultural; lo que no le quita gravedad como no se la quita a la situación de la mujer que mencionábamos al principio”.
Recordó que los mismos factores existían en el tema del sufragio femenino o con las personas de raza negra en tiempos de Martin Luther King. “Como ellos (los afroamericanos) los cristianos evangélicos viajamos en España en la parte de atrás del autobús, no tenemos acceso en igualdad de condiciones a los medios, ni a una misma dignidad”.
“¿Es esto exagerado?” se preguntó Tarquis. “Creo que no, cuando en los medios de comunicación se habla de “la” Iglesia, como si no existiese otra que la católica”.
Por eso, concluyó, se sobreentiende que todo culto religioso cristiano es una misa, y hasta los pastores son “sacerdotes evangélicos” (lo que equivale a hablar de “imanes judíos”). "Se nos niega incluso la existencia, mediáticamente hablando".
En el coloquio posterior se resaltó la necesidad de que los propios evangélicos fuesen conscientes de la necesidad de estar presentes en los medios, como cualquier oyente o lector, para denunciar estas situaciones, y estar presentes en la vida pública.
Mencionó Tarquis varios ejemplos muy repetidos en el mal uso del lenguaje, como decir “misa evangélica”, que equivale a hablar de una “mezquita católica”. O las “iglesias evangelistas”, “cuando los evangelistas fueron cuatro (Marcos Mateo, Lucas y Juan), pero los evangélicos somos tantos como los católicos a nivel global”.
En cuanto a las causas, Tarquis entiende que “en la mayoría de los casos es una simple tradición, comodidad y la inercia cultural; lo que no le quita gravedad como no se la quita a la situación de la mujer que mencionábamos al principio”.
Recordó que los mismos factores existían en el tema del sufragio femenino o con las personas de raza negra en tiempos de Martin Luther King. “Como ellos (los afroamericanos) los cristianos evangélicos viajamos en España en la parte de atrás del autobús, no tenemos acceso en igualdad de condiciones a los medios, ni a una misma dignidad”.
“¿Es esto exagerado?” se preguntó Tarquis. “Creo que no, cuando en los medios de comunicación se habla de “la” Iglesia, como si no existiese otra que la católica”.
Por eso, concluyó, se sobreentiende que todo culto religioso cristiano es una misa, y hasta los pastores son “sacerdotes evangélicos” (lo que equivale a hablar de “imanes judíos”). "Se nos niega incluso la existencia, mediáticamente hablando".
En el coloquio posterior se resaltó la necesidad de que los propios evangélicos fuesen conscientes de la necesidad de estar presentes en los medios, como cualquier oyente o lector, para denunciar estas situaciones, y estar presentes en la vida pública.
En este mismo aspecto de la vida pública, se celebró posteriormente un encuentro con jóvenes evangélicos interesados en involucrarse en un compromiso social activo. En el mismo participaron Ángel Sierra (presidente de la Unión de Médicos Evangélicos), Enrique Solana (Director del Colegio de Arquitectos de Las Palmas) y el propio Tarquis.
Relación causa-efecto
Esta afirmación (el famoso "efecto mariposa"), aunque parezca imposible, se corresponde con la realidad.
Editado por: Protestante Digital 2013
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