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ESPIRITUALIDAD Y COMUNICACIÓN

VIDA CRISTIANA: ¿QUÉ ES? (1)- Comparte La Iglesia en Armenia

VIDA CRISTIANA: ¿QUÉ ES? (1)

 

            El asunto que nos proponemos considerar en las páginas siguientes es quizás uno de los más interesantes e importantes que podrían atraer nuestra atención. Y es este: ¿Cuál es la vida que, como Cristianos, poseemos? ¿Cuál es su fuente? ¿Cuáles son sus características? ¿Cuál es su resultado o consecuencia? Basta que nombremos estas grandes preguntas para asegurar la atención de todo lector reflexivo.

 

            La Palabra divina habla de dos claras cabezas o fuentes. Ella habla de un primer hombre y de un segundo hombre. En el comienzo del libro de Génesis leemos estas palabras, "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza... Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó" (Génesis 1: 26, 27). Esta declaración se repite en Génesis 5: "El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo." (Génesis 5:1). Después de esto, leemos, "Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza." (Génesis 5:3).

            Pero entre la creación de Adán a imagen de Dios y el nacimiento de un hijo a su propia imagen, un gran cambio tuvo lugar. Entró el pecado. La inocencia se desvaneció. Adán llegó a ser un hombre caído, arruinado, proscrito. El lector debe atender a este hecho y ponderarlo. Se trata de un hecho importante e influyente. Nos introduce en el secreto de la fuente de esa vida que poseemos como hijos de Adán. Esa fuente fue una cabeza culpable, arruinada, proscrita. No fue en inocencia que Adán llegó a ser cabeza de una raza. No fue dentro de los límites del Paraíso que Caín fue dado a luz sino fuera de ellos, en un mundo arruinado y maldito. No fue a la imagen de Dios que Caín fue dado a luz, sino a imagen de un padre caído.

            Nosotros creemos plenamente que, personalmente, Adán fue objeto de la gracia divina y que él fue salvo por medio de la fe en la Simiente de la mujer prometida. Pero mirándole federalmente, es decir, como cabeza de una raza, él era un hombre caído, arruinado, proscrito, y todos los de su posteridad nacen en la misma condición. Tal como es la cabeza, así son los miembros - todos los miembros juntos, cada miembro en particular. El hijo lleva la imagen de su padre caído y hereda su naturaleza. "Lo que es nacido de la carne, carne es" (Juan 3:6), y hagan ustedes lo que hagan con la carne - edúquenla, cultívenla, sublímenla como ustedes quieran, ella nunca producirá "espíritu." Ustedes pueden mejorar la carne según el pensamiento humano, pero la carne mejorada no es "espíritu." Las dos cosas son totalmente opuestas. Lo primero expresa todo lo que nosotros somos como nacidos en este mundo, como brotados del primer Adán. Lo último expresa lo que nosotros somos como nacidos de nuevo, como unidos al Segundo Adán.

  Nosotros oímos frecuentemente la expresión, ’Elevando a las masas.’ ¿Qué significa esto? Hay tres preguntas que quisiéramos formular a quienes se proponen elevar a las masas. En primer lugar, ¿Qué es lo que van a elevar? Es segundo lugar, ¿Cómo las van a elevar? En tercer lugar, ¿Hacia dónde las van a elevar? Es imposible que el agua alguna vez se eleve por encima de su propio nivel. Por lo tanto, es imposible para ustedes elevar alguna vez a los hijos del Adán caído por encima del nivel de su caído padre. Aunque ustedes hagan lo que quieran con ellos, probablemente no pueden elevarlos más alto que su arruinada cabeza proscrita. El hombre no puede crecer fuera de la naturaleza en la cual él nació. Él puede crecer en ella, pero no fuera de ella. Remonten el río de la humanidad caída hasta su fuente y hallan que esa fuente es un hombre caído, arruinado, proscrito.

            Esta simple verdad golpea la raíz de toda la soberbia humana - todo orgullo de nacimiento, todo orgullo de descendencia. Todos nosotros, como hombres, surgimos de un linaje, una cabeza, una fuente, comunes. Todos estamos engendrados a una imagen y esa imagen es la de un hombre arruinado. La cabeza de la raza y la raza de la cual él es cabeza, están todos implicados en una única ruina común. Mirado desde un punto de vista legal o social, puede haber diferencias, pero considerado desde un punto de vista divino, no hay ninguna. Si ustedes desean una idea verdadera de la condición de cada miembro de la raza humana, tienen que mirar la condición de la cabeza. Ustedes deben regresar a Génesis 3 y leer estas palabras, "Expulsó, pues, al hombre." (Génesis 3:24 - LBLA). Aquí está la raíz de todo el asunto. Aquí está la fuente del río, las corrientes que han entristecido los millones de la posteridad de Adán por casi 6.000 años. El pecado ha entrado y ha roto el vínculo, ha desfigurado la imagen de Dios, ha corrompido las fuentes de vida, ha introducido la muerte y le ha dado a Satanás el poder de la muerte.

            Así rige en referencia a la raza de Adán - a la raza como un todo y a cada miembro de esa raza en particular. Todos están implicados en la culpa y la ruina. Todos están expuestos a la muerte y al juicio. No hay ninguna excepción. "El pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron." (Romanos 5:12). "En Adán todos mueren." (1 Corintios 15:22). Aquí están ligadas las dos tristes y solemnes realidades - ’Pecado y muerte.’

¡Jesus es el Señor!

Gracias a Dios hoy pude retomar mi encargo. Dios me ha dado nueva vision

Nuestro proposito no es comunicar conocimiento, ni métodos bíblicos a los santos, sino ayudar a los que ya siguen al Señor y caminan en esta senda con el objeto de avanzar.
El verdadero ministerio se concibe en el vientre del sufrimiento, nace con fatiga y con dolor, y se mece en una cruz.
Ciertamente hay un camino solitario para los que buscan andar con Dios. Pero cuando andemos con el Señor, vamos a encontrar compañia en otros que tambien conocieron el rechazo y el sufrimiento cuando  anduvieron con Dios, y aprendieron sus caminos

Ningún verdadero siervo del Señor debe permitir que sus pensamientos y emociones actúen independientemente. Cuando su hombre interior requiera liberación, el hombre exterior deberá proporcionarle un canal por el cual el espíritu pueda salir y llegar a otros. Si no hemos aprendido esta lección, nuestra efectividad en la obra del Señor será muy limitada.

“Señor, por el bien de la iglesia, por el avance del evangelio, para que Tu tengas libertad de actuar y para que yo mismo pueda avanzar espiritualmente, me entrego a Ti total e incondicionalmente. Señor, con gusto y humildemente me pongo en Tus manos. Estoy dispuesto a que te expreses libremente por medio de mí”.

“Señor, doblega a la iglesia para que salves al mundo” Evan Roberts

¡Jesús es el Señor! - Jesus is Lord - Jesus ist der Herr - Yeshua adonai - Gesù è il Signore - Jésus est Seigneur - - – - - - - Jesus é o Senhor - Jesus är Herre

Literatura disponible en: corpocri@yahoo.com
laiglesiaenarmenia@yahoo.com

 

VIDA CRISTIANA: ¿QUÉ ES? (2)

 

            Pero, gracias a Dios, un Segundo Hombre ha entrado en la escena. Este gran hecho, a la vez que establece la gracia maravillosa de Dios hacia el primer hombre y su posteridad, demuestra del modo más claro y más irrefutable que el primer hombre ha sido apartado completamente. Si el primero hubiera sido hallado perfecto, entonces no se habría buscado ningún lugar para el Segundo. Si hubiera habido un solo rayo de esperanza en cuanto al primer Adán, no habría habido necesidad del Segundo.

            Pero Dios envió a Su Hijo a este mundo. Él era 'la Simiente de la mujer.' Que este hecho sea notado y ponderado. Jesucristo no vino bajo la jefatura federal de Adán. Él descendía legalmente de David y Abraham, tal como leemos en Mateo. "Nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne." (Romanos 1:3). Además, Su genealogía es trazada hasta Adán por el escritor inspirado en el evangelio de Lucas. Pero aquí se trata del anuncio angélico como el misterio de Su concepción: "Respondióle el ángel: El Espíritu Santo vendrá sobre tí, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también lo santo que ha de nacer será llamado Hijo de Dios." (Lucas 1:35 - NTHA).

            Aquí tenemos a un Hombre verdadero, pero Uno sin una sola mancha de pecado o una sola semilla de mortalidad. Él fue hecho de la mujer, de la sustancia de la virgen, un Hombre en cada detalle, tal como somos nosotros, pero completamente sin pecado y enteramente libre de cualquier asociación que podía haberle dado al pecado o a la muerte una demanda sobre Él. Si nuestro bendito Señor hubiera venido, en cuanto a Su naturaleza humana, bajo la jefatura de Adán, Él no podría haber sido llamado el Segundo Hombre puesto que Él habría sido un miembro del primero, como cualquier otro hombre. Además. Él habría estado sujeto a la muerte en Su propia persona, lo cual es blasfemia afirmar o suponer.

            Pero, que Su nombre sea adorado para siempre, Él era el puro, santo, sin mancha, Santo de Dios. Él era único. Él estuvo solo - el único grano puro impoluto de simiente humana que la tierra había visto jamás. Él vino a este mundo de pecado y muerte, siendo Él mismo sin pecado y dador de vida. En Él estaba la vida y en ninguna otra parte. Aparte de Él todo era muerte y tinieblas. No había ni un solo pulso de vida espiritual, ni un rayo de luz divina aparte de Él. La raza entera del primer hombre estaba implicada en el pecado, bajo el poder de la muerte, y expuesta al juicio eterno. Él podía decir, "Yo soy la luz del mundo." (Juan 8:12). Aparte de Él, todo era tiniebla moral y muerte espiritual. "En Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados." (1 Corintios 15:22). Veamos de qué manera.

            Tan pronto como el Hijo del Hombre apareció en la escena, Satanás apareció para disputar cada centímetro de terreno con Él. Se trataba de una gran realidad. El Hombre Cristo Jesús había emprendido la obra poderosa de glorificar a Dios en esta tierra, de destruir las obras del diablo y de redimir a Su pueblo.

Una obra estupenda - obra que nadie sino el Dios-Hombre podía llevar a cabo. Pero era una cosa real. Jesús tuvo que enfrentar toda la astucia y todo el poder de Satanás. Él tuvo que enfrentarle como la serpiente y enfrentarlo como el león. De ahí que, en el comienzo mismo de Su bendita carrera, como el Hombre bautizado y ungido, Él estuvo en el desierto para ser tentado del diablo. Vean Mateo 4 y Lucas 4.

            Y noten, incluso aquí,  el contraste entre el primer hombre y el Segundo. El primer hombre estuvo en medio de un jardín de delicias, con todo lo que posiblemente podía pedir a Dios contra el tentador. El Segundo Hombre, por el contrario, estuvo en medio de un desierto de privaciones con todo, aparentemente, para contender contra Dios y por el tentador. Satanás probó con el Segundo Hombre precisamente las mismas armas que había encontrado tan efectivas con el primero - "los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de la vida." (1 Juan 2:16 - RVA). Comparen con: Génesis 3:6; Mateo 4: 1-19; Lucas 4: 1-12; y 1 Juan 2:16.

            Pero el Segundo Hombre venció al tentador con una sencilla arma, la Palabra escrita. "Escrito está" fue la única respuesta invariable del Hombre dependiente y obediente. Ningún razonamiento, ningún cuestionamiento, ninguna mirada hacia uno u otro lado. La Palabra del Dios vivo fue la autoridad dominante para el Hombre perfecto. ¡Que Su nombre sea bendito por siempre! ¡Que el homenaje del universo sea Suyo a través de los siglos eternos! Amén y amén.

            Pero no debemos permitirnos explayarnos, y, por consiguiente, nos apresuramos a exponer nuestro tema especial. Queremos que el lector vea a la luz de la Escritura Santa de qué manera el Segundo Adán imparte vida a Sus miembros. Mediante la victoria en el desierto, el hombre fuerte fue 'atado', no fue 'destruido.' De ahí que hallamos que, al final, se le autoriza intentarlo una vez más. Apartándose de Él "por un tiempo" (Lucas 4:13), él regresó en otro carácter, como aquel que tenía el poder de la muerte aterrorizando el alma del hombre por medio de este poder. ¡Pensamiento tremendo! Este poder fue ejercido en toda su terrible intensidad, sobre el espíritu de Cristo en el huerto de Getsemaní. Probablemente nosotros no podemos contemplar esta escena sin dejar de sentir que el espíritu de nuestro bendito Señor estaba pasando a través de algo que Él nunca antes había experimentado. Es evidente que se le permitió a Satanás venir ante Él en una manera muy especial, y emplear un poder especial para, si era posible, disuadirle. Él lo dice así en Juan 14:30, "viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí." (N. del T.: otra traducción, "viene el príncipe de este mundo. Él no tiene ningún dominio sobre mí." - NVI). Así también en Lucas 22: 52 y 53, le encontramos diciendo a los principales sacerdotes y a los jefes de la guardia del templo, "¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas."

¡Jesus es el Señor! Continua…

Nuestro proposito no es comunicar conocimiento, ni métodos bíblicos a los santos, sino ayudar a los que ya siguen al Señor y caminan en esta senda con el objeto de avanzar.
El verdadero ministerio se concibe en el vientre del sufrimiento, nace con fatiga y con dolor, y se mece en una cruz.
Ciertamente hay un camino solitario para los que buscan andar con Dios. Pero cuando andemos con el Señor, vamos a encontrar compañia en otros que tambien conocieron el rechazo y el sufrimiento cuando anduvieron con Dios, y aprendieron sus caminos
Ningún verdadero siervo del Señor debe permitir que sus pensamientos y emociones actúen independientemente. Cuando su hombre interior requiera liberación, el hombre exterior deberá proporcionarle un canal por el cual el espíritu pueda salir y llegar a otros. Si no hemos aprendido esta lección, nuestra efectividad en la obra del Señor será muy limitada.
“Señor, por el bien de la iglesia, por el avance del evangelio, para que Tu tengas libertad de actuar y para que yo mismo pueda avanzar espiritualmente, me entrego a Ti total e incondicionalmente. Señor, con gusto y humildemente me pongo en Tus manos. Estoy dispuesto a que te expreses libremente por medio de mí”.
“Señor, doblega a la iglesia para que salves al mundo” Evan Roberts
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