DE MANUEL DE MENDIBURU Y LOS LIBROS DE TACNA- Escribe Juan Carlos Cuya Velarde
De Manuel de Mendiburu y los libros de Tacna
A pesar de ser tan pequeña esta tierra del arunta e intiorko, aun hay sitios que no conozco y sobre todo de secretos que aun se esconden en ella. En mis últimas y cortas vacaciones, decidí pues conocer algo más de ella y me encontré con la hermosa biblioteca Nacional de Tacna. A pesar de haber estado muchas veces en ella - para estudiar o investigar acerca de esta heroica ciudad- Nunca me di el trabajo de ingresar a la librería pública que en ella habita.
Esta librería se encuentra en el segundo piso de este centro de cultura (biblioteca que fuera siempre anhelada por don Jorge Basadre y don Luis Cuneo) y normalmente para desdicha nuestra, la encontraremos cerrada. Pero basta con subir al tercer piso y conversar con la agradable persona que atiende el museo para poder ingresar a ella. Inusual fue encontrar en esta pequeña librería (sobre una antigua mesa) una gran cantidad de libros (en cajas o en filas). Pero más sorprendente me fue saber, que esos libros, estaban todos referidos a Tacna.
Libros que nunca había leído y que a mi triste desconocimiento me parecían inexistentes. Entre ellos encontré: la historia del señor de locumba (firmada por el propio autor), un libro de la benemérita sociedad de artesanos y auxilios mutuos de Tacna, recuentos de poesía Tacneña y sobre todo en una excelente conservación un libro que lleva el titulo de Manuel de Mendiburu, prefecto de Tacna (1839-1842) del historiador felix denegri Luna. Editado por la casa de la cultura en 1965.
Sin embargo mucho mas inusual que la primera impresión fue el precio: 5 libros por quince soles, me dijo aquella atenta señora (que horas antes me permitió el ingreso al museo de la guerra del pacifico - que guarda en su tercer piso nuestra biblioteca). Cinco libros por quince soles, inimaginable, insoñable, utópico, anacrónico. Como si fuera tan fácil tener tanto conocimiento a tan poco precio (una oferta que no pueden desaprovechar). Pero bueno es anhelo de este artículo, rescatar de aquella mesa este libro tan especial: el del Prefecto y general Manuel de Mendiburu.
Dentro este libro descubrí datos muy importantes acerca del pasado de la: “dos veces Cautiva Ciudad de Tacna”. En él podremos encontrar datos acerca de la guerra que el Perú y Bolivia sostuvieron en los años del 39 al 42. Guerra que para paradojas de la vida incluyo la invasión de Tacna y Arica (además de cusco y ciudades de Puno). Y que para reveses de la historia, incluyo también una defensa patriótica invalorable del pueblo de Tacna que fue también esta vez olvidado por el gobierno central. Ahí veremos en acción al mítico e histórico batallón “Cazadores de Tacna” que tuvo entre sus integrantes al centauro de las vilcas, Gregorio Albarracin Lanchipa (a quien dedicaremos un articulo propio), Arias Araguez (no me rindo, no me rindo). Este Batallón de Cazadores Tacneños, llego incluso a servir bajo las órdenes por el posteriormente presidente de la republica del Perú: Don Ramón Castilla. Esto con la necesidad de librar batalla en el Intiorko entre constitucionalista (Tacna) y las fuerzas insurrectas de Vivanco.
Entonces hay sobre esto un dato importante. Sobre la meseta del intiorko lucharon podríamos decir hasta 5 presidentes de la republica: Don Ramón Castilla (intiorko), Andres Avelino Caceres y Remigio Morales Bermúdez (campo de la alianza) , Narciso Campero y Eleodoro Camacho (Bolivia-campo de la alianza) y un presidente provisional del gobierno del sur Lizardo Montero. Lógicamente todos ellos no fueron presidentes en ese momento de la gesta, pero si antes o después de ella. Pero no es tema de este artículo aquella referencia casuistica. El libro de la biografia del prefecto Mendiburu nos deja importantes datos acerca de cómo fuimos nombrados por decreto del 21 de octubre de 1845: “Benemérito, heroico, valiente, esforzado y leal departamento de Tacna”. A causa de aquella defensa en contra del ejército invasor boliviano.
Podremos encontrar también en el, referencias de que también fuimos políticamente denominados como “departamento del litoral” (por santa cruz), departamento de Moquegua (por Gamarra). De cómo llego la primera imprenta a Tacna, de nuestro primer semanario “El mensajero de Tacna” y luego datos acerca de otro diario tacneño “El Fénix”. Pero no solo historia podremos encontrar en este libro, sino sobre todo, ejemplo de comportamiento ético y moral (de la que tanto hablamos en estos tiempos y que tan escaso se hace). En él nos muestran a un Mendiburu, intachable, integro y ajeno a la deshonestidad. Un Mendiburi que no teme decir la verdad, aunque tuviera que decir que se equivoco, un hombre pegado a la constitución, que no cayo en promesas envelecidas con la corrupción, que renuncio a rango de general y de Ministro de hacienda, por mantenerse en la línea de lo correcto.
Sus cartas de contestación me hacen pensar que hermoso puede ser luchar por el desarrollo de un pueblo, de cómo un hombre puede cuidar como suyo aquello que se le encomendó. No dejo nunca de trabajar por el bien de Tacna, la proveyó de luz, de veredas, de nombres a sus calles, de seguridad, de colegios, mejoro el correo y sobre todo lucho incansablemente por la cultura. El mayor ejemplo de su lealtad a Tacna (a pesar de ser limeño) es que el pueblo puso el pecho en su frente antes de permitir se le ultrajara o menos. El prefecto Mendiburu es reconocido como el primer historiador del siglo XIX, por cuanto dejo y encomendó escribir la historia de las guerras beligerantes y civiles de Tacna. Aquel libro esta tan cerca y tan lejos de nuestra historia, espero haber podido acercarlos un poco a él y con ello acercarlos un poco a nuestro heroica ciudad y sobre todo a nuestra olvidada biblioteca nacional de Tacna.
"Camanchaca Tacneña" una Bella Historia
La noche es realmente fría en la heroica ciudad de Tacna. Aquel frio helado que llega de la cordillera de los andes es capaz de hacer tiritar de frio hasta al más duro paisano o huésped tacneño. Las manos se unen en forma de plegaria tratando de hallar tan solo un poco de consuelo en un pedazo de calor y los pies se inmiscuyen atrevidamente en la mejor de las frazadas sin gran éxito.
El frio de los andes trae con los juegos del viento también un secular visitante Tacneño. La “Camanchaca”. Aquella que atrevida y juguetona baja de las alturas, seguramente volviendo a visitar como todos los años a los hijos de estas vilcas tacneñas. Poco a poco y con el transcurrir los días se muestra implacable a su paso y se apodera de las noches de mis calles de Tacna.
Aquella camanchaca Tacneña, se ha convertido desde siempre en el compañero permanente de las madrugadas del imponente Intiorko. Y junto a él vivió amargamente el dolor de este suelo heroico. Es preciso entonces recoger su historia y contarles un poco de ella. Pues tal vez después de esto podrán gozar de esta dulce camanchaca Tacneña.
Don Luis Cavagnaro nos trae pues una historia, que sin quererlo quizá, no comprende solo la historia de un héroe Tacneño sino también de una camanchaca guerrera.
En su libro “El Centauro de las vilcas” Gregorio Albarracín Lanchipa. El gran historiador de Tacna, nos trae esta historia que narraremos a nuestra manera. Sin cambiar los datos históricos pero uniendo dos historias en una.
“Aquella mañana de fría camanchaca tacneña (aquella que seguramente alguna vez en algún viaje madrugador nos ha sorprendido en la meseta del Intiorko) don Gregorio Albarracín recibió la noticia del centinela: “Mi coronel a poco distancia de nosotros se divisa una avanzada chilena”.
La húmeda camanchaca de aquella mañana hacia difícil divisar al enemigo pero era más que evidente, la desventaja en la que se encontraba frente al número de sus enemigos. Dos ideas seguramente pudieron cruzar esa helada mañana en la mente del coronel y sus hombres. Tomar raudo camino en fuga del enemigo o enfrentarlo heroicamente. Aquella, entendían seguramente, era el camino directo al final de su lucha. Que seguramente quedaría escrita con sangre en las páginas de oro del Perú.
Sin embargo, una decisión tomo por sorpresa a los hombres. Aquella resulto seguramente inconcebible en el momento para estos valientes tacneños, pero seguramente también necesaria para la patria. Ordeno entonces separarse a sus hombres (montados a caballo) a una distancia prudencial uno de otro.
Sepárense unos a otros y cuando de la orden galopen a toda fuerza, hagan que sus bestias levanten el polvo de esta tierra y no duden en un solo momento de mis órdenes. Este día estos chilenos sabrán quien es el Perú. ¡Adelante mis flanqueadores de Tacna! ¡Que hoy Tacna mostrara la sangre de sus hijos!
Aquella avanzada chilena diviso entonces a lo lejos, en medio de esa camanchaca tacneña. Una enorme caballería como salida del mismo infierno, dirigiéndose a todo galope en su contra. La densa niebla de aquella camanchaca vespertina les mostro entonces a la misma muerte al temible enemigo. ¡Retirada! ¡Retirada! Fue la orden que recibió el invasor. Alejándose con todas sus fuerzas del temible enemigo que la muerte traía al galope en medio de la nada.
Aquella mañana, la camanchaca tacneña dibujo en la mente del enemigo un ejército insuperable. El enemigo se extendía en todo el frente que sus ojos pudieran divisar. Cientos de soldados dispersos en todo el terreno se acercaban a galope trayendo con ellos seguramente al mensajero de la muerte.
De esta manera el Centauro de las vilcas junto a los pocos tacneños que lo acompañaban. Hicieron correr aquella avanzada chilena inmensamente superior a los peruanos.
Aquel día y más quedara seguramente en la memoria de mi camanchaca Tacneña. Desde entonces regresa implacable en este mes de agosto a las callecitas de mi ciudad. Trae consigo las memorias de Albarracín y sus hombres y susurra en el tiriteo de los Tacneños que aquel frio que la acompaña es también Tacneño y que estará por siempre con nosotros en estas nochecitas de frio tacneño.
"Un Albarracino no se rinde jamas"
Juan Carlos Cuya Velarde
0 comentarios