¿NUEVA EVANGELIZACIÓN? HABLEMOS DE JESUCRISTO Un itinerario de catecumenado fundado en Uruguay recibe el premio Martini stuart - MIGUEL PASTORINO
¿NUEVA EVANGELIZACIÓN? HABLEMOS DE JESUCRISTO
Un itinerario de catecumenado fundado en Uruguay recibe el premio Martini
Thomas Hawk
Un itinerario de nueva evangelización y catecumenado creado en Uruguay recibe el premio Martini International Award 2016. Los sacerdotes Gonzalo Abadie y Guillermo Buzzo dan a conocer una eficaz herramienta de transformación pastoral inspirada en los escritos del Cardenal Carlo María Martini.
Dentro de pocos días (el 21 de mayo) el cardenal de Milán, Angelo Scola, entregará el Martini International Award a los ganadores de este premio instituido conjuntamente por los jesuitas de Italia a través de su Fundación Carlo María Martini, y por el arzobispado de Milán. Se trata de un premio que busca honrar la memoria de Martini y sondear la influencia que este hombre de vasta cultura ha dejado en todo el mundo, por lo cual se decidió en esta oportunidad convocar a participantes de cuatro lenguas (italiano, inglés, francés y español), y ya no solo de las dos primeras. Por otra parte, a las dos categorías originales (pensamiento y figura de Martini, y relación entre la Biblia y la cultura), se agregó para esta 2.ª edición una tercera: experiencias y proyectos inspirados en el modelo del cardenal jesuita fallecido hace apenas cuatro años.
Se acaban de conocer los ganadores, y el premio de esta última categoría vino a parar aquí al sur, a Uruguay, a una experiencia evangelizadora que no solo conozco bien de cerca, sino en la que me he visto involucrado de distintos modos, sobre todo en sus comienzos, hace unos diez años, en la Parroquia de Tierra Santa, en Montevideo, donde nació “el Discipulado”, que es un catecumenado (un camino evangelizador pensado para adultos) que habiendo tomado en serio el desafío planteado por el Ritual de iniciación cristiana de adultos (RICA), encontró en el estudio de un libro de Martini (“Evangelio y comunidad cristiana”), las claves para afrontarlo. Porque en este pequeño libro Martini explica que el evangelio de Marcos fue el centro del catecumenado antiguo, y explica las virtudes de este evangelio para conducir a aquellos que querían hacerse cristianos.
El paso de “estar fuera” a “estar dentro”
La apuesta del Discipulado estuvo en esto: si fue posible en los primeros siglos de la Iglesia, ¿no lo será ahora? ElDiscipulado catecumenal de Adultos(DcA) —este es el nombre completo—, se apoyó en la concepción del catecumenado que Martini desentraña presente en el evangelio de Marcos, y que consiste en un pasar de fuera hacia adentro del misterio de Cristo y de la Iglesia, o sea, en un movimiento existencial, no en un conocimiento.
Y con agudeza el Card. Martini observa que eso ocurre actualmente en muchísimos cristianos que se acercan a las cosas de Jesús y de la Iglesia como de lejos. Las conocen, pero no las viven; las ven, pero no se identifican con ellas. Esto ocurre, nos puede ocurrir, a cristianos que hace muchos años estamos formalmente en la Iglesia, pero, sin advertirlo, no sentimos las cosas de Dios en el corazón, no las sentimos como nuestras. Por tanto el Discipulado, ya en sus inicios, abrió las puertas también a todos aquellos que querían entrar más adentro de la fe, conformando pequeñas comunidades integradas por adultos no bautizados pero también por cristianos “de misa dominical” que deseaban adentrarse más profundamente en la fe cristiana.
La fuerza está en el kerygma
Por supuesto que esta concepción catecumenal supone una ruptura con la catequesis entendida como mera instrucción, saber, acopio de información, programa de estudio, clases, y postula, más bien, la profundidad, y la búsqueda de un movimiento: de fuera hacia adentro. Esta fue la clave para diseñar todo el Discipulado, y cada una de las catequesis. ¿Cómo imprimir este movimiento de fuera hacia adentro a partir de este texto bíblico? La fuerza no está en la información, sino en el movimiento, es decir, en el kerigma. El RICA, precisamente, nos desafía con una catequesis basada en movimientos (pasos, puertas, grados, escalones…), y no en un saber escolar. Martini los descubre en la trama del evangelio de Marcos.
Podríamos decir que los libros del Card. Martini, tan divulgados y leídos en todo el mundo, se apoyan en este movimiento kerigmático, y por eso el Discipulado adoptó no solo la concepción catecumenal de Martini, sino también su obra material: más de una docena de sus libros sostienen los cien encuentros ideales del itinerario.
No es un programa, sino un camino existencial
Pero tal vez el sello más novedoso del Discipulado sea la metodología mistagógica, en especial su modo de proceder a través de una constelación de símbolos (no de desarrollo doctrinal, de sistema de ideas y conceptos), siguiendo la intuición de Martini, quien precisa que Jesús no habla del mismo modo al que está fuera o lejos, que al que está cerca o dentro. Al que está lejos hay que hablarle “en parábolas”, es decir, a través de un lenguaje cargado por el símbolo (ciegos que ven, videntes que no ven, estar fuera o dentro, noche o día, seguir o volver, alto o bajo, subir o babar, luz y oscuridad, camino, mar, cruz…)
Es mucho más que apoyarse en un texto de la biblia, es poder plasmar la fe a través de una constelación de símbolos para pensar, rezar, interpretar, buscar, de modo dinámico, en un recorrido personal y comunitario, en un “sistema” que se tensa, orienta y dirige hacia el símbolo central de la constelación: Cristo, “la Imagen de Dios invisible”. Pero cada cual llega a Él a su tiempo, en su ritmo, y no sabemos previamente cuándo el catecúmeno dará ese movimiento fundamental, iniciático, hacia el centro del Misterio.
Solo cuando se ha atravesado cierto límite, cuando se ha realizado un cierto movimiento (que pone en comunión de vida), Jesús habla claramente, y el símbolo cede su espacio también a un lenguaje más conceptual, aunque sin abandonar el lenguaje mistérico del símbolo.
Una experiencia que se extiende
El Discipulado fue comprendiendo progresivamente estas cosas, mientras las practicaba y ensayaba, y tal vez por primera vez, con motivo del Martini International Award, estos tres aportes del cardenal Martini hayan su desarrollo teórico más cabal en el trabajo presentado y firmado por dos sacerdotes uruguayos: P. Gonzalo Abadie(iniciador de la experiencia junto al P. Leonel Cassarino), y P. Guillermo Buzzo. Ya el primero lo había presentado en dos congresos internacionales del catecumenado (París 2010, Chile 2014).
El Discipulado de Adultos es de por sí impulsor de espacios nuevos de evangelización. Si bien el ensayo presentado a Milán es firmado por los dos sacerdotes mencionados, son muchos los que han participado y aportado a esta experiencia que se ha ido reformulando, enriqueciendo y extendiendo en distintas partes del país. Bettina Paz, laica perteneciente al primer grupo del Discipulado, adaptó el Discipulado a los niños, y el P. Buzzo junto a laicos de la diócesis de Salto han dado un gran impulso al Discipulado, enfocándose y desarrollando una formación novedosa, inspiradas en estas mismas claves del Discipulado, una formación menos escolar y más en clave mistagógica, que asume la dimensión creativa y simbólica, y, sobre todo, el movimiento kerigmático.
El Discipulado conoce en la actualidad experiencias entre jóvenes y adolescentes, presentes también en una tercera diócesis del país: Mercedes. A todo ello ha venido a sumarse, desde hace unos años, una experiencia de primer anuncio llamado Effatá/60, ideado para realizarse una única vez en la vida, en tan solo 60 minutos, con humor, caricaturas, y noticias insólitas… Un primer anuncio que origina un movimiento: el DcA.
Un don del Espíritu para toda la Iglesia
Cada vez más experiencias de primer anuncio y renovación de la catequesis están surgiendo en formas diversas en todo el mundo. Experiencias que no se imponen orgánicamente en la Iglesia, sino que con generosidad y sencillez se contagian de comunidad en comunidad, de parroquia en parroquia, despertando un nuevo impulso misionero y una vitalidad que no depende de los métodos, sino de cristianos nuevos, discípulos y discípulas del Señor, que se vuelven testigos de una experiencia digna de ser compartida.
Estas experiencias de nueva evangelización confirman lo enseñado por los Obispos de América Latina en Aparecida: “La Iglesia está llamada a repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias latinoamericanas y mundiales. No puede replegarse frente a quienes solo ven confusión, peligro y amenazas, o de quienes pretenden cubrir la variedad y la complejidad de situaciones con una capa de ideologismos gastados o de agresiones irresponsables. Se trata de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en nuestra historia, desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que suscite discípulos y misioneros. Ello no depende tanto de grandes programas y estructuras, sino de hombres y mujeres nuevos que encarnen dicha tradición y novedad, como discípulos de Jesucristo y misioneros de su Reino, protagonistas de vida nueva para una América Latina que quiere reconocerse con la luz y la fuerza del Espíritu” (Nº 11).
Fuentes de la noticia en italiano:
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