CINCO TEMAS QUE TOCARON LOS CANDIDATOS EN CADE 2015 Los candidatos a presidenciales a las elecciones 2016 expusieron sus propuestas ante el público de CADE 2015
CINCO TEMAS QUE TOCARON LOS CANDIDATOS EN CADE 2015
Los candidatos a presidenciales a las elecciones 2016 expusieron sus propuestas ante el público de CADE 2015
En el último día de CADE 2015, cinco candidatos que participarán de las elecciones 2016 dieron extensas exposiciones sobre sus propuestas de gobierno. El tema destacado fue la inversión privada. Los participantes coincidieron en al señalar que la minería es una de las actividades más importantes del desarrollo económico del país. Acá los temas que destacaron:
-Educación-
Alejandro Toledo aseguró que su misión es reformar el Estado y que eso implica "invertir en la mente" de los ciudadanos en un proceso que, en sus palabras, "demora". Sin embargo, su postura más clara fue anunciar que en los primeros 6 meses de un eventual gobierno suyo, todo el Perú tendría Internet gratuito.
En tanto, César Acuña afirmó que, de ganar, su primer anuncio será que el 6% del PBI será destinado a Educación. Por su parte, PPK indicó que su meta es estar en el puesto 40 de la prueba PISA dentro de 6 años y afirmó que todos los colegios deberían tener "Wi-Fi y un panel solar”
-Inversión pública-
La inversión pública fue uno de los temas en los que que Alan García y Keiko Fujimori mostraron coincidencias: la hija del ex presidente habló de lo que los analistas han dado en llamar un shock de inversiones públicas que, incluso, tendrían que sostenerse con deuda. Ambos señalaron que se podría usar el fondo de estabilización fiscal para estos proyectos.
-Seguridad-
En cuanto a seguridad, Alejandro Toledo propuso crear un grupo de inteligencia elite y hasta se preguntó si no podría este ser internacional, mientras que Keiko Fujimori fue un poco más agresiva en su planteamiento: propuso usar a las Fuerzas Armadas en resguardos públicos de manera que se pueda liberar mayor cantidad de policías para patrullaje.
Alan García, por su parte, señaló que "Si unimos todas las fuerzas que tiene el Perú, pondremos de rodillas a la delincuencia" y argumentó que habría que dar seguridad a quienes sufren por las "mafias en las construcciones", mientras que César Acuña habló de tener comisarías con tecnología de punta y PPK dijo que habría que hacer más comisarías
-Lucha contra la corrupción-
Alejandro Toledo habló sobre la corrupción dando una recomendación: “No dejen que cuando elijan un presidente, sea un monarca. Que los gobernantes rindan cuentas”, mientras que en lo que quizás fue una de sus grandes propuestas de la mañana, César Acuña propuso la muerte civil para los funcionarios públicos que cometan actos de corrupción.
Alan García, en tanto, refirió que "de ser presidente", no tendrá inmunidad, pero pidió "que también lo firmen los parlamentarios y funcionarios”. Por su lado, Keiko Fujimori refirió que atacaría la corrupción y citó como ejemplo el hecho de que en Fuerza Popular se ha separado a miembros acusados hasta que se aclarara su situación. PPK fue quien dijo que habría que instalar "filtros exigentes" para que el Poder Judicial actúe con transparencia y reformar el Consejo Nacional de la Magistratura.
-La inversión privada, la maquinaria estatal y la minería-
Otro punto en el que los candidatos incidieron tuvo que ver con la inversión privada y lo que harían para facilitarla, especialmente en cuanto a minería.
Alejandro Toledo señaló que es "politiquería" decir "no a la minería", pero detalló que hay que poner reglas claras a los empresarios. Además indicó que iba a romper los candados de la burocracia en sus primeros cien días de gobierno y que construiría un tren Tumbes-Lima. Por último, refirió que el estado debía ser atractivo para los informales.
Por su parte, el discurso de Keiko Fujimori fue similar, al hablar sobre la tributación cero y la Defensoría de las Mypes. Además indicó que crearía un sistema nacional de prevención de conflictos sociales. También evadió la pregunta referida a su haría una reforma laboral.
En tanto, César Acuña habló de libertad económica, de eliminar "cerros de papeles" y cambiarlos por "hojas informáticas". Al mismo tiempo, y en consonancia con Fujimori, habló de la suspensión del pago del impuesto a la renta para Mypes que se formalicen. En este caso indicó que esta medida sería por tres años.
A su turno, Alan García habló de un bloqueo a las grandes inversiones a la minería. Fue enfático en hablar acerca de la necesidad de reconciliar "al pueblo" y "al empresariado". Agregó que “necesitamos entregar recursos a comunidades para que vean que la minería les conviene”.
Finalmente, PPK habló sobre dar apoyo a la minería, "pero no irresponsablemente" y apuntó a la importancia de tener un país más conectado.
-Bonus track: ¿Y el tren?-
Alejandro Toledo y César Acuña hablaron de construir un tren de Tumbes a Tacna mientras que Alan García indicó que haría uno Huancavelica-Ayacucho-Apurímac-Cuzco. PPK, en tanto, aseguró que no era necesario pues pronto vendrían aerolíneas a bajo costo en el país.
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La CADE y el nuevo estado
Urgen nuevas instituciones que acompañen el crecimiento económico
En las diversas intervenciones que inauguraron la Cade 2015 se aludió a la necesidad de desarrollar reformas para enfrentar el nuevo ciclo económico global caracterizado por un descenso de los precios de los commodities. Se menciona la necesidad de contar con una burocracia eficiente y meritocrática, de superar la inacabable tramitología, la indolencia del Ministerio de Economía y Finanzas y la carga ideológica presente en el Ministerio del Ambiente; de cerrar las brechas en infraestructura, educación, salud; de reformar el Poder Judicial y las instituciones.
En otras palabras, todos los protagonistas de la CADE exigen que la sociedad peruana cuente con un nuevo estado, con un nuevo sistema de instituciones que acompañe el crecimiento económico y la reducción de la pobreza que han generado los mercados en los últimos 25 años.
Considerando la composición plural de los organizadores de la reunión anual de ejecutivos, creemos que la visión de un nuevo estado debería constituirse en una idea fuerza que comience a ser parte de los consensos públicos.
Desde la caída del fujimorato solemos señalar que el Perú se caracteriza por tener una mala política y una buena economía. Con la desaceleración de la economía las cosas se van precisando: la mala política no solo expresa en la desacreditación de los políticos, sino, sobre todo, en un estado que se ha convertido en una rémora del crecimiento, en un enemigo de los esfuerzos creadores que se desatan en la sociedad.
Cualquier persona natural o jurídica que haya lidiado con un trámite ante el estado sabe de la indolencia de los burócratas que prefieren no hacer nada para evitar complicaciones, no obstante que una inversión, un emprendimiento no se pone en valor. El bosque de sobrerregulaciones a niveles de ministerios, regiones y gobiernos locales ha creado una paradoja en la economía nacional: es una de las más abiertas del mundo, pero también una de las más sobrerreguladas. La libertad económica entonces se convierte en una palabra que se la lleva el viento.
Ni qué decir sobre la situación del Poder Judicial. Más del 70% de los presos permanecen en las cárceles sin sentencias y la imposibilidad de hacer valer los contratos pulveriza la idea de predictibilidad. En resumen el estado es, pues, el principal responsable de la desaceleración económica.
La izquierda pese a tener una magnífica oportunidad para liderar la propuesta de organización de un estado fuerte y eficiente prefiere la ideología. Pretende atribuirle la desaceleración y la lentificación del ritmo de reducción de pobreza al mercado y al modelo de economía de libre, mientras que le dora la píldora a la responsabilidad del estado. Y, sobre la marcha, se le nota el fustán ideológico cuando propone resucitar el estado empresario que, a nuestro entender, acabaría con los círculos virtuosos de la economía de los últimos 25 años.
De alguna manera entonces es el estado el sujeto que empieza a sentarse en el banquillo de los acusados. Ese viejo estado populista que fue demolido a combazos en los noventa y que, no obstante algunas islas de excelencia institucional, no ha sido capaz de acompañar el mayor proceso de crecimiento e inclusión social de nuestra historia republicana.
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