EL MANIFIESTO DE COCHABAMBA El Manifiesto de Cochabamba moviliza a científicos y expertos indígenas en relación con la preservación del arte rupestre y lugares sagrados indígenas en América del Sur
APAR PERU I
EL MANIFIESTO DE COCHABAMBA
Entre septiembre y octubre de 2014, en la ciudad de Cochabamba, Bolivia, se celebró una reunión entre investigadores de arte rupestre de diferentes países (formados en la tradición científica occidental) e investigadores con raíces quechuas de Perú y Bolivia, especialistas en epistemología indígena de quilcas (expresiones gráficas indígenas en lenguaje y cognición Quechua). Se trató del Primer Congreso Internacional de Arte Rupestre y Etnografía que ha extendido y consolidado las bases para el desarrollo de diálogos entre sistemas cognitivos indígenas y occidentales, alrededor del tema del arte rupestre en una escala sudamericana.
Uno de los principales puntos discutidos fue que los pueblos indígenas ya no pueden considerarse como informantes para la ciencia occidental, sino como autores de investigaciones culturales y científicas en una perspectiva epistemológica, intercultural y descolonizante más amplia. Es decir, la etnografía del arte rupestre o el método por informante del estudio del arte rupestre, no puede considerarse más como la recopilación de interpretaciones indígenas que pueden o no tener utilidad al investigador occidental en su mundo analítico y científico. Estrategias de investigación nuevas y más simétricas deben poner en práctica lo que podría caracterizarse como un enfoque inter-epistemológico de investigación del arte rupestre, o una arqueología rupestre indígena.
De este intenso y fructífero debate, que duró más de quince días en Cochabamba, Mizque y otras partes de los valles mesotermales bolivianos, surgió una preocupación urgente y consensual: la protección de los lugares sagrados indígenas con quilcas en todos los países de América del sur. Estos lugares están siendo objeto de graves y directas amenazas, y algunos ya han sido efectivamente destruidos por la expansión de obras de infraestructura a gran escala, como mega-represas, así como por una masiva explotación industrial extractiva de recursos naturales finitos. Un proceso que se ha intensificado con la aceleración de un determinado tipo de crecimiento económico observado en diversos países de América Latina.
Lo que es muy inquietante es que tanto como los biomas de América del sur, el arte rupestre, los sitios sagrados y los conocimientos indígenas asociados a ellos (pueblos y sociedades que le dan vida social y cognitiva al arte rupestre, siendo al mismo tiempo parte y constructores de estos paisajes) son igualmente vulnerables y también pueden considerarse como “recursos finitos”. Todos ellos se encuentran al borde de la extinción como fenómenos de la diversidad socio-ambiental de América del sur.
Impulsados por estas preocupaciones, un grupo de siete organizaciones que congrega investigadores de arte rupestre de América del sur y el resto del mundo han decidido hacer públicos sus inquietudes a través del documento titulado el “Manifiesto de Cochabamba”. Además de este documento están las conclusiones del Congreso, una lista de recomendaciones y un informe específico que se ocupa de un paisaje cultural sagrado Quechua y Aymara, amenazado por la especulación inmobiliaria en las cercanías de Cochabamba. Para acceder a todas las conclusiones alcanzadas en el Primer Congreso Internacional de Arte Rupestre y Etnografía (Cochabamba, Bolivia 2014), además del manifiesto, las recomendaciones y el informe sobre el sitio de Kalantrancani con quilcas (en inglés y español) por favor visite
https://sites.google.com/site/aparperu1/home/arterupestre-etnografia
Los debates alrededor de esta temática debe amplificarse para incluir expertos indígenas de la Amazonia y otras regiones de América del sur y el resto del mundo. Arqueólogos, antropólogos y otros investigadores interesados en esta materia son también importantes para integrar y colaborar en el desarrollo de esta reflexión.
La próxima reunión alrededor de este tema se llevará a cabo en la ciudad de Tacna, Perú, entre el 30 de noviembre y 03 de diciembre de 2015, durante el VI Simposio Nacional de Arte Rupestre (SINAR – Perú) en la sesión temática Nº 8 – Arte rupestre y problemas de desarrollo y sostenibilidad. Invitamos a los interesados y protagonistas sociales en esta discusión a unirse a nosotros en esta ocasión con el objetivo de profundizar el debate y planificar estrategias de acción a llevarse a cabo. https://sites.google.com/site/aparperu1/home/vi-sinar
Por último, el manifiesto de Cochabamba, aunque sólo recientemente publicado, se dirige a la protección de sitios con quilcas o arte rupestre y paisajes sagrados en América del sur. Por lo tanto constituye una postura intelectual comprometida por la preservación de un irreemplazable legado ancestral, que estamos moral e intelectualmente obligados a conservar.
Gori Tumi Echevarría López
Arqueólogo, UNMSM
Asociación Peruana de Arte Rupestre – APAR)
Raoni Valle
Arqueólogo
Asociación Brasileña de Arte Rupestre – ABAR)
Lo que nos preocupa aquí es el hecho que este proceso está afectando violentamente y de muy complejas maneras, no solo la fauna y flora del bioma, sino también los diversos estilos de vida de la gente y las formas indígenas tradicionales de relacionar la sociedad y los finitos recursos naturales. Una herencia cultural que representa más de 12 mil años de ocupación humana y conocimiento acumulado sobre cómo trabaja la naturaleza y cómo la gente pudo tomar ventajas adaptativas sobre esta, respetando sus limitaciones y posibilidades intrínsecas, resaltando verdaderamente aquellas posibilidades. Los sitios con arte rupestre son una parte fundamental de este conocimiento, tradición y milenario proceso de domesticación del paisaje, los que, junto con otros sitios arqueológicos y otras clases de paisajes indígenas sagrados, están siendo blancos primarios, por su ubicación, de la agresiva expansión de los tipos de proyectos mencionados más arriba.
Ni una sola proposición ha sido hecha en Sudamérica para incrementar la protección legal de este patrimonio en relación al no equitativo y cuestionablemente planificado proceso de desarrollo económico. Todo lo contrario, lo que se ha observado en las principales políticas de desarrollo de países como Brasil, Perú y Bolivia, es la sistemática desaplicación de los corpus existentes de legislación proteccionista que conciernen al patrimonio cultural e histórico, incluyendo el arte rupestre, sustituyéndolos por disposiciones políticas más flexibles, violando y/o contradiciendo sus propias leyes constitucionales, y no implementando tratados internacionales previamente firmados; tales como la Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas, que, entre otros aspectos, demanda el previo, libremente consentido y culturalmente adecuado, proceso de consulta a las comunidades indígenas y tradicionales que han de ser afectadas por tales proyectos, como las mega-presas.
Esto constituye una seria amenaza, no solo para la historia indígena de Sudamérica y el estilo de vida actual de los pueblos nativos, sino para todas las criaturas vivientes de esta parte del planeta y de otras zonas naturales; considerando la interconexión climatológica del bioma amazónico y el resto del mundo, todavía pobremente comprendido por la comunidad científica. En este sentido, la obediencia a los principios de precaución establecidos por la Declaración de Rio en 1992, el Protocolo de Kyoto en 1997 y de otros tratados internacionales previos, son de gran importancia, constituyendo un aparato legal fundamental que, en apariencia, no son efectivos en estos países.
Muchos sitios con arte rupestre y lugares indígenas sagrados han sido recientemente destruidos por hidroeléctricas, proyectos mineros y otras actividades extractivas e industriales en Sudamérica. Se puede mencionar a los rápidos de Siete Quebradas en el río Teles Pires, Amazonía brasileña (sitio que ha sido dinamitado y subsecuentemente inundado con la construcción de la mega-presa Teles Pires); los sitios de Toro Muerto en Arequipa y Quebrada Santo Domingo en Trujillo, Perú (afectados por proyectos agroindustriales); El Mauro en Chile (afectado por un proyecto minero); Ilha das Cobras en el río Madeira, Amazonía brasileña (también sumergido por una mega-presa); Santa Luzia y Pedra do Ó sobre el Volta Grande del río Xingú, Amazonía de Brasil (afectados por una combinación de la mega-presa de Belo Monte y la minería industrial de oro); u obras como la represa Bala en el Beni y la carretera Tipnis que afectaran comunidades nativas, biomasa y sitios arqueológicos en el trópico de Bolivia; y el Rally Dakar que ha afectado irremediablemente los geoglifos de Ocucaje, Nasca, y otras evidencias naturales y culturales en Perú, Bolivia y Chile, para citar algunos pocos ejemplos. A diferencia de Foz Côa en Portugal, y Dampier en el occidente de Australia, donde el arte rupestre tuvo un rol decisivo en la protección del patrimonio cultural de la humanidad y de paisajes socio-medioambientales importantes, los sitios mencionados más arriba han sido destruidos o están bajo amenaza de aniquilación.
En vista de estas consideraciones, la AEARC (Asociación de Estudios del Arte Rupestre de Cochabamba), APAR (Asociación Peruana de Arte Rupestre), ABAR (Asociación Brasileña de Arte Rupestre), IFRAO (Federación Internacional de Organización de Arte Rupestre) e investigadores de arte rupestre de otros países, reunidos en el Primer Congreso Internacional de Arte Rupestre y Etnografía, llevado a cabo en la ciudad de Cochabamba, Bolivia, del 23 al 26 de septiembre del 2014, han decidido expresar a través de esta carta su alarma y descontento frente a la construcción de mega-presas, proyectos mineros industriales tales como la explotación de gas, petróleo y bauxita; la apertura de carreteras a través de áreas naturales (como en el caso delTipnis en Bolivia), y toda clase de actividades extractivas de escala masiva en la Amazonía y en Sudamérica.
Además, los firmantes y otras instituciones adherentes, como Corporacion GIPRI, Colombia; el Archivo Nacional de Arte Rupestre, de Venezuela; el Centro de Investigación del Arte Rupestre del Uruguay, hemos elaborado este documento para expresar nuestro soporte a la lucha de las sociedades indígenas y tradicionales de Sudamérica, tales como el grupo Munduruku del río Tapajos en la Amazonía brasileña, contra la construcción de mega-presas y proyectos mineros e industriales en sus territorios tradicionales y paisajes sagrados. Por la misma razón, recomendamos y demandamos de las instituciones que protegen el patrimonio y a los representantes políticos de estos territorios, que realicen propuestas y acciones claras y responsables que impliquen la protección de los sitios históricos y arqueológicos. Enfatizamos expresamente a los sitios con arte rupestre y el conocimiento indígena relacionado a ellos; ambos, expresiones culturales y recursos culturales-medioambientales finitos, fuertemente amenazados por lo que parece un incontrolable, equivocado y políticamente sesgado proceso de crecimiento económico en los países sudamericanos.
Cochabamba, Bolivia, 04 de Octubre de 2014
AEARC – Asociación de Estudios del Arte Rupestre de Cochabamba - Bolivia
ABAR - Asociación Brasileira de Arte Rupestre
IFRAO – International Federation of Rock Art Organizations
Premisas
La quilca o el arte Rupestre es unobjeto arqueológico y por lo tanto patrimonio nacional. Esto quiere decir que el arte rupestre se encuentra protegido y amparado por las leyes peruanas del patrimonio cultural y arqueológico.
La quilca o el arte rupestre es una herencia cultural del pasado. Hay 4 tipos de quilcas en el Perú: Pictogramas, Petroglifos, Arte mobiliar de tradición rupestre y Geoglifos.
La quilca o el arte rupestre incluye las siguientes características: lafiguración o motivo (percutido, pintado o delineado, etc.), el soporte(la piedra, la roca, el farallón el suelo, etc.), el entorno inmediatoy, el paisaje o entorno medio atmosférico. En conjunto estas características configuran el sitio arqueológico de quilcas o arte rupestre. Todos los peruanos tienen derecho y el deber de apreciar, proteger y estudiar el arte rupestre nacional teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
Comportamiento ético de los visitantes
1. Comunicar siempre su ingreso a los sitios con quilcas o arte rupestre que estén bajo custodia o supervisión, sea este del Estado: Ministerio de Cultura (ex INC) por ejemplo; o particular: ayllu, comunidad campesina, asociación comunitaria, etc. Si existen reglamentos internos de visitas, seguir este reglamento y cumplir con los requerimientos estipulados en el mismo.
2. Entender concientemente el encontrarse en un lugar que es un repositorio de reliquias expuestas o arte antiguo. Por tanto se requiere un comportamiento acorde a esta situación.
3. Observar la quilca o el arte rupestre siempre desde una distancia prudencial.
4. No debe intervenirse físicamente la quilca o el arte rupestre en ninguna forma. No debe limpiarse, pintarse, rasparse, tizarse, mojarse, escalarse, o tocarse de alguna forma, directa o indirecta.
5. No se debe alterar de ninguna manera el entorno, en el cual las quilcas o el arte rupestre se encuentra inscrito o ubicado. No se debe remover el suelo, hacer fogatas, campamentos, construcciones, etc., en zonas cercanas a los sitios arqueológicos con quilcas.
6. No se debe levantar colectar o coleccionar cualquier material cultural asociado a los sitios con quilcas o arte rupestre, sean estos cerámica, lítico, hueso, o cualquier otro material similar, arqueológico o etnográfico. Esta recomendación incluye también muestras botánicas (plantas y/o árboles), y muestras minerales y paleontológicas (fósiles).
7. No se debe dejar en el área nada extraño al entorno y el sitio arqueológico con quilcas o arte rupestre, esto incluye ofrendas, pagos, monedas, basura, etc.
8. Se debe recordar que todo daño a las quilcas o arte rupestre, siendo este patrimonio nacional, constituye un delito contra el patrimonio cultural que es sujeto a penalidades.
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