Si tienes una Madre todavía
Si tienes una madre todavía,
da gracias al Señor que te ama tanto,
que no todo mortal contar podría,
dicha tan grande ni placer tan santo.
Si tienes una madre...se tan bueno
que ha de cuidar tu amor su paz sabrosa,
pues la que un día te llevo en su seno
siguió sufriendo y se creyó dichosa.
Velo de noche y trabajo de día
leves las horas en su afán pasaban,
un cantar de sus labios te dormía,
y al despertar sus labios te besaban.
Enfermo y triste, te salvo su anhelo
que solo el llanto por su bien querido
milagros supo arrebatar al cielo,
cuando ya el mundo te creyó perdido.
Ella puso en tu boca la dulzura
de la oración primera balbucida
y plegando tus manos en ternura,
te enseñaba la ciencia de la vida.
Si acaso sigues por la senda aquella
que va segura a tu feliz destino,
herencia santa de la madre es ella,
tu madre sola te enseño el camino.
Mas si al cielo se fue...y en tus amores
ya no la harás feliz sobre la tierra,
deposita el recuerdo de tus flores
sobre la fría loza que la encierra.
Es tan santa la tumba de una madre,
que no hay al corazón lugar mas santo,
cuando espina cruel tu alma taladre,
ve a derramar, allí, tu triste llanto.
H. Neuman
Mi madre, como todas las madres,
tenía las manos casi santas
y lucía en la frente un beso, lindo,
el que le dábamos, mi hermano y yo, cada mañana.
Mi madre, como todas las madres,
era hacendosa y pura como el agua
y buscaba para mí y me regalaba
los tesoros profundos de su alma.
Y yo era niño y la quería
y nada había más hermoso que su cara,
y no había ternura más ternura
que la de aquellos ojos sin palabras.
Mi madre era silencio,
era tan suave, tan callada,
era muy frágil, a veces casi como un beso
y yo era su hijo y ella me amaba.
Y reíamos juntos y bailábamos,
y plantábamos rosas y decía:
"Tú vas a ser un poeta enamorado,
eternamente, de tu poesía".
Y se ponía triste y me abrazaba
y yo era niño y no sabía
de esa tristeza, dulce que le daba
cuando hablaba de crecer y de la vida.
Mi madre, como todas las madres... más
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