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ESPIRITUALIDAD Y COMUNICACIÓN

¡¡FELIZ NAVIDAD!!

¡¡FELIZ NAVIDAD!!

Acebo.

 Que te conozcan a ti
 
 
 
 
Que todos conozcan a Jesucristo
 
Son noticia todos los días gentes que hacen mercadería de la religión, cosa detestable en cualquier forma de creencia. También en el cristianismo se producen estos abusos y muchos aprovechados sin conciencia, adulan a las gentes para engañarlas y enriquecerse ilícitamente a costa de ellas.
Es por ello dice La Escritura, unas palabras del apóstol Pablo, que ya en aquel tiempo detectaba dolorosamente estas actitudes y formas de proceder, de muchos que hacían negocio con la religión y se decían a sí mismos cristianos. ¿Como es posible que esto suceda con algo tan delicado y sublime como es la fe cristiana?
Dios tiene muchos recursos, y su poder hace que hasta los más viles procedimientos de evangelización, le sirvan a Él para la difusión del Evangelio Por eso decía, aunque amargamente, el buen apóstol: algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. (Filipenses 1:15 al 18). La evangelización tiene un componente naturalmente «proselitista» id y haced discípulos… y otro muy principal, que es hacer conocer a las gentes la realidad de la misericordia de Dios, y presentar a Cristo como redentor y nuestro verdadero amigo, que tiene poder para cambiar nuestras vidas si somos capaces de entregárselas.
No ponderaremos la responsabilidad de estos abusadores; como todos, ellos tendrán su juicio. No nos ocupemos de ello; solo lo menos posible, y sin caer en la tentación de juzgar. Eso es cosa de Dios; expongamos claramente la verdad de nuestra fe, con entusiasmo y sin arrogancia y El que tenga oídos para oír, oiga. (Mateo 13:9). Lo dijo Jesús; Él no violentaba la voluntad de nadie. Hacía su oferta de perdón y salvación, y dejaba que cada uno fuera lleno del Espíritu para ir a él. La proclamación del Evangelio es nuestra parte; los resultados son cosa de Dios.
No despreciemos ni vejemos a los que por no tener la iluminación del Espíritu Santo, no quieren ni pueden aceptar el Evangelio. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden. (Romanos 8:7). Si no hay llamamiento, vocación, iluminación y unción para el que nos oye, todo esfuerzo es vano. Nosotros debemos predicar con todas nuestras fuerzas y capacidades, y lo demás depende solo de Dios. Solo Él puede y sabe abrir los corazones a la verdad. Para que todo sea para su gloria, y no para agradar a nuestra vanidad.
Resentirse contra el que no puede, es inmadurez y no comprender lo que significa nuestra misión de heraldos de Jesucristo, ya que el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.  (1ª Corintios 2:14). Esa es la ley de la aceptación del Evangelio. 
Con franqueza amigable y humilde, hagamos la obra de Dios con nuestras palabras y con nuestras personas. Lo demás se nos dará en su tiempo y sazón. Cumplamos con lo que nos corresponde y dejemos lo demás en manos de Dios.
Con tiempo para celebrar el feliz advenimiento de nuestro Salvador, Jesucristo, te deseo FELICES PASCUAS, PAZ EN LA TIERRA Y BUENA VOLUNTAD DE DIOS PARA CON LOS HOMBRES.
Que la crisis no te haga daño.
Rafael Angel Marañón  rmaran71@gmail.com
Pd. del autor: Ruego a los amigos, que puedan, divulguen ampliamente estos escritos si son de su agrado. Mi salud ya no me permite más.
Quien a Dios no tiene, nada tiene
 http://blogs.ideal.es/notas-de-espiritualidad/posts

 Reloj  Villancicos Regalo con lazo

http://www.navidadlatina.com/musica/villancicos/welcome.asp 

 

Consejo Mundial de Iglesias – Noticias
Contacto: +41 22 791 6153 +41 79 507 6363
media@wcc-coe.org
 
ORACIONES PARA BELÉN EN ADVIENTO Y NAVIDAD 
Cuando muchos cristianos en todo el mundo se preparan a celebrar el Adviento y la Navidad en la seguridad de sus hogares y comunidades, este año están nuevamente invitados a orar por la justicia, la paz y la seguridad en Palestina e Israel – y a enviar una oración o un mensaje de paz a Belén.
Este año, el proyecto cuenta con la colaboración del
Foro Ecuménico Palestina Israel del Consejo Mundial de Iglesias.
Por favor, envíen sus mensajes de Navidad y oraciones por la paz (por correo electrónico) antes del 25 de diciembre de 2008 (Navidad en el calendario occidental) o del 7 de enero de 2009 (Navidad en el calendario oriental).
Aunque el idioma inglés es preferible, también pueden enviarse deseos y oraciones en otras lenguas. Los mensajes deben ser enviados al Instituto Árabe Educativo a la siguiente dirección electrónica: aei@p-ol.com
Los mensajes enviados podrán leerse en los siguientes sitios:
http://www.aeicenter.org
http://www.paxchristi.net
Que esta Navidad sea el comienzo de un Amor que debe perpetuarse. Son los deseos del  Grupo Web ESPIRITUALIDAD Y COMUNICACIÓN.
 
La Historia de DiosLa SuperBiblioteca de la Creación¿Es Jesucristo la respuesta a sus preguntas?
 
HASTA AQUÍ NOS AYUDÓ EL SEÑOR
(1ª Samuel 7:12)
 
La expresión “hasta aquí” se asemeja a una mano que señala el pasado. Transcurrieron veinte o cincuenta o setenta años y sin embargo, “hasta aquí nos ayudó el Señor”.  A través de la pobreza, a través de la riqueza; a través de la enfermedad, a través de la salud; en la patria, en el extranjero; en la tierra, en el mar; en honra y en deshonra; en tristezas, en gozo; en aflicción, en triunfo; en oración y en tentación; en el hogar que teníamos y en el hogar que ya no tenemos… “hasta aquí nos ayudó el Señor”.  Pero esta expresión: “hasta aquí”, apunta también “hacia delante”, “a partir de aquí”. Cuando una persona levanta cierta señal y escribe en ella “hasta aquí”, indica que aún no llegó al fin y que, por lo tanto, tiene todavía que recorrer cierta distancia. En ese recorrido habrán más pruebas, más alegrías; más tentaciones, más triunfos; más oraciones, más respuestas; más fatigas, más fuerzas; más luchas, más victorias. Después vendrán las enfermedades, los achaques y la muerte. ¿Y con esto se termina todo? ¡No!; hay más todavía: el despertar a la semejanza de Dios, los tronos, las arpas, los cantos, los salmos, los vestidos blancos, el rostro de Jesús, la compañía de los santos, la gloria de Dios, la plenitud de la eternidad y la inmensidad de Su gloria.
 
¡Anímate creyente! y con agradecida confianza levantemos nuestro “Ebenezer”, o sea, “nuestra piedra de ayuda” que es Jesús, pues el que nos ayudó hasta aquí, nos ayudará hasta el fin de la jornada. La fidelidad del Señor es eterna, su misericordia es nueva cada mañana. Dios nos ama tal como somos y estamos; nunca miente, sus promesas son verdaderas, su pacto con nosotros es eterno. ¿Recuerdas estas promesas que te hizo durante el año?: “En este instante estoy pensando en ti”; “Nunca te dejaré, jamás te abandonaré”; “No temas, Yo estoy contigo, Yo Soy tu ayuda”; “Yo Soy tu consolador”; “Yo estaré contigo en las tribulaciones”; “Yo curaré tus heridas”; “Yo daré nueva vida a tus hijos”; “Mis ojos están puestos en ti”; “Yo levanto tu cabeza, no te humillarán”; “Mi Paz te dejo, Mi Paz te doy. No se turbe tu corazón ni tenga miedo”;  “Yo te sostendré y te libraré”; “Tú eres mi siervo, mi elegida”; “Yo hago nuevas todas las cosas”; “Yo te daré consejos y velaré por ti”; “Otra vez abriré caminos en tu soledad y ríos en tu desierto”; “Yo Soy tu Señor, tu Salvador”; “Yo bendeciré el trabajo de tus manos”; “No te angusties, Yo Soy tu Dios que te esfuerzo”; “Siempre te ayudaré, siempre te sustentaré”; “Yo te escogí y no te deseché”; “Pon tu esperanza en Mí”; “Yo te libraré de las tristezas”; “Yo mismo me ocuparé de todos los que te oprimen”; “Construirás casas y vivirás en ellas”; “Mía es la venganza, Yo pagaré”; “Ninguna arma forjada contra ti prosperará”; “Yo concederé los deseos de tu corazón”; “Mi Presencia irá contigo”; “Yo mismo iré delante de ti”; “Te protegeré por dondequiera que vayas”; “Con amor eterno te amo”; “Aún en la vejez, Yo te cuidaré y te sostendré”; “Yo estoy de tu parte, Yo te ayudaré”; “Yo perdono tus pecados y sano tus enfermedades”; “Te cuidaré como a la niña de mis ojos”; “Yo te daré salud y te curaré y te sanaré”; “Yo enjugaré tus lágrimas”; “Yo te haré gozar de Mi salvación”; “Yo nunca me olvidaré de ti”; “Yo no tardaré en hacerte justicia”; “Yo sanaré a tu nación”… “Yo, estoy a la puerta y llamo. Si tú oyes Mi voz y abres la puerta de tu corazón, Yo entraré en él y cenaré contigo, y tú conmigo.”
 
Cuán maravilloso es el panorama que la expresión “hasta aquí” presenta a nuestros ojos, cuando la consideramos a la luz de nuestro único y suficiente Señor y Salvador personal: JESÚS. 
 
Carlos H. Spurgeon
 
 

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